El sistema vestibular del oído es responsable del equilibrio de la persona junto con la vista y el sistema propioceptivo (unos sensores que se encargan de transmitir información al cerebro). Cuando el sistema vestibular tiene algún problema, el cerebro recibe de manera errónea la información y el equilibrio se ve afectado. Hoy vamos a hablar del sistema vestibular, de los trastornos vestibulares más comunes y cómo tratarlos.

Sistema Vestibular y Equilibrio

El sistema vestibular se encuentra dentro del oído interno. Se encarga de informar al cerebro sobre la posición, la velocidad y posición de la cabeza y de los globos oculares, especialmente durante el movimiento. Todos estos datos hacen posible la estabilidad visual.

El sistema vestibular está formado por tres estructuras; el utrículo, sáculo y los canales semicirculares. Cada una de las estructuras tiene una función, pero todas trabajan en conjunto para hacer posible que el oído envíe una información al cerebro para que éste la decodifique y la persona sea capaz de comprender los sonidos. Pero además, esta información, sumada a la que proporcionan la vista y los sensores táctiles en los pies, el tronco y la columna (sistema propioceptivo), hacen posible que la persona pueda mantener el equilibrio.

Sin embargo, cuando se produce un problema en los oídos, y estos no se coordinan, se desarrollan problemas en la postura, en los movimientos oculares y en el equilibrio.

Trastornos Vestibulares

La disfunción vestibular suele estar causada por el envejecimiento, por una infección o por un traumatismo craneal. Los factores genéticos también influyen en el desarrollo de los trastornos.

Existen diferentes trastornos vestibulares. Los más habituales, por orden de incidencia, son el vértigo posicional paroxístico benigno, la enfermedad de Menière, la neuritis vestibular unilateral aguda, la vestibulopatía bilateral, la paroxismia vestibular y síndromes de la tercera ventana móvil.

Cuando el sistema vestibular funciona por debajo de lo que sería necesario, hablamos de hipofunción vestibular. La hipofunción vestibular afecta a los dos oídos y puede estar provocado por neuritis vestibular, migraña vestibular, síndrome de Menière…

Los trastornos vestibulares se caracterizan porque la persona sufre mareos, sensación de aturdimiento, pérdida de equilibrio, cambios en la visión y desorientación. Los síntomas más graves (vértigos y mareos graves) suelen durar pocos días, después de los cuales los pacientes suelen ir recuperándose. Sin embargo, hay personas que pueden tener problemas de equilibrio y vértigos durante meses. Son pacientes con desequilibrio crónico.

Todas estas consecuencias afectan a la calidad de vida de quienes los padecen ya que afectan tanto al bienestar físico como al emocional. Es habitual, ante esta situación, desarrollar estrés, depresión, angustia…

Para tratar los trastornos vestibulares se utilizan técnicas de rehabilitación vestibular. Se trata de ejercicios que favorecen la plasticidad del sistema nervioso central con el fin de mejorar la estabilidad global y favorecer la incorporación de la persona a las actividades de la vida diaria

Recientemente también hemos conocido que se está investigando el primer implante vestibular otolítico para el tratamiento del desequilibrio crónico. Esta solución pasaría por colocar unos electrodos dentro del vestíbulo laberíntico para estimular aquella parte del sistema vestibular donde está el órgano otolítico con la finalidad de mejorar el mantenimiento del equilibrio y la marcha de estos pacientes.