En primavera, la floración de algunas especies vegetales suele suponer un sufrimiento para las personas que padecen alergia. La alergia es una reacción del organismo a lo que considera una amenaza y se caracteriza por la aparición de síntomas como picor de garganta, nariz y oídos, enrojecimiento de ojos, lagrimeo, estornudos y tos. Un cuadro que, en función de la gravedad, puede provocar dolores de cabeza, problemas para respirar y también puede terminar afectando a la salud auditiva.

Rinitis Alérgica y Audición

Según la Sociedad Española de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello, entre el 10 y el 25% de la población sufre rinitis alérgica. De hecho, se trata de una de las diez causas principales que llevan a los ciudadanos al centro de salud solicitando asistencia sanitaria.

La audición se puede ver afectada por la alergia debido a la relación anatómica que existe entre la rinofaringe (la parte de la garganta que se encuentra a la altura de la nariz) y el oído medio. Ambas estructuras están conectadas a través de la trompa de Eustaquio.

Cuando se desencadena la rinitis alérgica se produce una inflamación de la mucosa que recubre la rinofaringe y la entrada de la trompa de Eustaquio. Al inflamarse, el conducto que da acceso a la trompa disminuye su diámetro por lo que la ventilación del oído medio se ve afectada. La audición se resiente ya que aparece una sensación de oído tapado que merma la capacidad de oír correctamente y puede provocar la aparición de tinnitus.

Consejos ante la Alergia

Los oídos taponados suelen mejorar cuando se reduce o elimina la inflamación. No obstante, en ocasiones, la inflamación o el exceso de mucosidad pueden derivar en una otitis. La otitis, además de dolor, puede provocar mareos o pérdida de equilibrio. Si se produce dolor de oídos es conveniente acudir al médico para que valore las causas del mismo y ponga solución. También es conveniente, una vez que pasa el período de alergia, realizarse una revisión de los oídos para comprobar el estado de la salud auditiva.

La prevención es la mejor manera de evitar que el cuadro alérgico se complique. Por eso es conveniente evitar los espacios abiertos y protegerse con una mascarilla y gafas de sol en los picos de floración de la planta a la que se sea alérgico (olivo, gramíneas…) .

Las personas alérgicas deben extremar la higiene de la nariz realizando lavados nasales frecuentes. Si los síntomas son graves, es preciso acudir al otorrinolaringólogo para que determine el tratamiento farmacológico que mejor se adapte a las necesidades de la persona.