El uso de auriculares es una práctica común entre la población, especialmente la juvenil. La música nos puede acompañar de una manera cómoda, mientras realizamos deporte, nos movemos por la ciudad o disfrutamos de un descanso junto a la playa o la piscina.

Sin embargo, el uso de auriculares, como ya hemos señalado en alguna otra ocasión, supone un riesgo para mantener nuestra salud auditiva, si no actuamos con precaución.  El propio Comité Científico de Riesgos Sanitarios Nuevos y Emergentes de la Comisión Europea hizo público un informe en 2008 en el que advertía que escuchar música de reproductores musicales a más de 89 decibelios (dB) y durante más de 60 minutos al día podía causar sordera. Una conversación normal se produce a 60 dB y todos los sonidos que superen los 85 dB ya suponen un peligro para la salud auditiva.

Desde entonces, tanto los fabricantes de auriculares, como los gobiernos de algunos países, han demostrado su preocupación tomando medidas al respecto. Por ejemplo, la AVLS de Sony (el sistema de limitador máximo de volumen) corrige diferencias en volúmenes de la pista mientras se están reproduciendo, y el chequeo de los sonidos de Apple normaliza los volúmenes máximos de pistas seleccionadas en iTunes. Por su parte, la marca Beats ha desarrollado sistemas de protección extensiva para el oído, creando límites de decibelios.

El Gobierno francés ha impuesto un límite ante todos los reproductores de música vendidos en el país para que no sean capaces de producir más de 100 dB (el umbral de daño de la audición durante su uso extendido es 80 dB, y el umbral del dolor, o de la pérdida de oído inmediata, es 130 dB).

¿Y qué podemos hacer?

Nosotros mismos, como usuarios, podemos protegernos de la utilización de auriculares si, además de ser conscientes de lo que nos perjudican el volumen elevado, tomamos una serie de precauciones:

  • Elegir un reproductor con la salida de audio limitada. Es el caso, por ejemplo, de los Ipod, que se venden con el volumen limitado a los límites aconsejados. Para desbloquear esta opción hay que acceder a las funciones avanzadas del reproductor. No es algo complicado, pero el comprador del producto es consciente de que él mismo está alterando las recomendaciones que se le hacen.
  • Usar filtros acústicos. Son una especie de tapones que, por su ubicación en el conducto auditivo, logran atenuar el volumen que rodea a la persona que los utiliza. Aunque no está pensado para ser utilizado en el uso de auriculares, es una opción. Eso sí, sólo valdría para utilizarlo con auriculares supra-aurales, ya que el filtro acústico impide que se coloquen los auriculares dentro del canal auditivo.

En realidad, los filtros están pensados para profesionales como los músicos de orquesta, los disc jockeys o los corredores y los mecánicos de Fórmula 1, que deben soportar un ruido de 148 dB.

Comprueba tu audición

Lo más aconsejable, cuando uno es consciente de que se excede con el uso de los auriculares, es que se someta de manera periódica a pruebas de audición o audiometrías. En este sentido, las audiometrías de alta frecuencia constituyen una muy buena prueba preventiva de la sordera. A diferencia de las audiometrías estándares, que estudian frecuencias de 12.000 Hz, esta explora frecuencias de hasta 18.000 Hz. Estas frecuencias de 18.000 Hz son las correspondientes a los tonos agudos, los primeros que se pierden cuando se daña la audición.

La visita a un centro de salud auditiva especializado, como Audiocentro, asegura una protección de la salud auditiva. Conocer si existe algún problema auditivo lo antes posible, es fundamental para poder solucionarlo.