A finales de los años 90 la Organización Mundial de la Salud promovió el concepto “Envejecimiento Activo” para que los países apostaran por la adopción de políticas que favorecieran la participación, seguridad y salud  entre la población que envejece.

Está comprobado que mejorar estas políticas redunda en un mayor bienestar físico y emocional de las personas y son positivas para el conjunto de la sociedad ya que contribuyen a disminuir el gasto de asistencia en discapacidad y mala salud.

Según la OMS, para promocionar el envejecimiento activo, es necesario que los sistemas sanitarios se orienten a promover la salud y a prevenir las enfermedades.

Presbiacusia y Envejecimiento

El envejecimiento lleva parejo la merma de capacidades físicas, entre otras, la capacidad auditiva. A esta pérdida de audición que se produce con el paso de los años se denomina presbiacusia.

La Confederación española de familias de personas sordas (FIAPAS) ha reclamado recientemente políticas públicas europeas para un envejecimiento activo relacionadas con la pérdida auditiva.

Por un lado, FIAPAS considera necesario que se establezcan protocolos y programas de detección y diagnóstico precoz de pérdidas de audición en adultos, a partir de los 50 años y campañas y programas de vigilancia de la audición en mayores de 60.

A algunas personas, la pérdida auditiva les provoca aislamiento social, soledad, deterioro cognitivo por falta de información y motivación para la interacción y la comunicación con el entorno. En ocasiones, las personas tienden a aislarse. El aislamiento en particular y la pérdida auditiva en general, puede provocar según varios estudios, problemas de salud.

Otra reclamación, de cara a lograr una mejor calidad de vida entre las personas mayores con pérdida auditiva es la inclusión de las prótesis auditivas en los sistemas nacionales de salud. En España la prestación sanitaria por audífonos solo da cobertura a los menores de 26 años de edad.

FIAPAS también considera necesario disponer de recursos de apoyo a la audición y a la comunicación oral (bucles magnéticos y subtitulado, entre otros) en todos los entornos de participación social. Asimismo cree conveniente garantizar la accesibilidad auditiva en las residencias y centros de día para personas mayores.

Audífonos y Calidad de Vida

Las personas mayores que tratan su pérdida auditiva son más felices. Su calidad de vida mejora ya que pueden mantener su relación con las  personas de su entorno y seguir realizando las mismas actividades.

El tratamiento de la pérdida auditiva pasa por la detección precoz de los problemas de audición y la utilización de audífonos en cuanto se detectan los mismos.

Y es que, cuanto más tiempo pasa desde que se detecta la pérdida auditiva, menor es la capacidad de recuperación de la audición de la persona.