El Papel del Oído Interno en el Síndrome de Menière
El pasado domingo, como cada 7 de febrero, se conmemoró el Día del Síndrome de Menière. Se trata de una enfermedad caracterizada por la aparición de vértigos recurrentes giratorios, acompañados por acúfenos y pérdida de audición. Este cuadro de síntomas afecta de manera determinante a la persona llegando, en muchas ocasiones, a incapacitarla.
Aunque existen investigaciones abiertas para tratar de dar una solución a este problema, hoy por hoy todavía no se conoce la causa por lo que tampoco se puede desarrollar un tratamiento.
Lo que sí se conoce del Síndrome de Menière es que tiene un componente genético importante por lo que las personas cuyos padres o abuelos han padecido esta enfermedad, tienen más probabilidad de desarrollarla.
También se ha observado una vinculación con otras enfermedades como la artritis, la psoriasis o la migraña.
El Oído Interno
El Síndrome de Menière afecta al oído interno. Puede afectar a un solo oído (lo que se conoce como síndrome unilateral) o a los dos (síndrome bilateral). Aunque no se conoce la causa que los desarrolla, se cree que tiene que ver con los niveles o la mezcla de líquidos en los canales del oído interno.
La enfermedad se diagnostica en base a sus síntomas. La hipoacusia que suele acompañar esta enfermedad puede determinarse a través de una prueba de audición.
Según un estudio que se llevó a cabo analizando los episodios de vértigos de un grupo de pacientes, se comprobó que éstos eran más frecuentes en los primeros años después del diagnóstico y tendían a mitigarse posteriormente.
Tratamiento del Síndrome de Menière
Se suele recomendar a las personas que sufren este síndrome llevar una dieta pobre en sal. Esto, unido a los antidiuréticos, puede controlar la presión del oído interno evitando la acumulación de líquido en su interior. También se recomienda limitar el consumo de café, alcohol y tabaco.
En ocasiones se puede recurrir al tratamiento intratimpánico que consiste en la administración de fármacos (corticoides) directamente en el oído interno. La betahistina es un fármaco que produce la vasodilatación de la estría vascular, favoreciendo la eliminación del vértigo y el desequilibrio.
Se estima que en el 10% de los casos se puede recurrir a la neurectomía vestibular, que consiste en seccionar las raíces vestibulares del nervio estato-acústico. Este nervio es el que transporta la sensación auditiva y equilibratoria desde el oído hasta el cerebro. Se piensa que este nervio envía sensaciones erróneas al cerebro lo que hace que se produzcan los vértigos. El equilibrio se puede lograr a través del otro oído.
Todos estos tratamientos se centran en mejorar el vértigo, por lo que no logran mejorar la audición.