Oír música, hablar por teléfono o escuchar películas y series a través de los auriculares de los dispositivos móviles es una práctica cada vez más extendida.

La utilización de estos dispositivos en cualquier lugar (transportes públicos, gimnasios, parques…) hace que la utilización de los auriculares cobre sentido para no molestar a las personas que se encuentran alrededor o para disponer de un espacio de privacidad. Por otra parte, la comodidad que supone poder oír lo nos interesa sin tener que competir con otras fuentes de sonido, puede ser una opción que justifique el incremento del uso de estos aparatos.

Independientemente del motivo por el que se utilicen, es fundamental señalar que un mal uso de los auriculares puede poner en peligro la salud auditiva del usuario. De hecho, la Organización Mundial de la Salud alerta de que el uso inadecuado de auriculares puede provocar pérdida de audición de las personas con edades comprendidas entre los 12 y los 35 años. Unos 1.100 millones de personas en todo el mundo.

¡Ojo con los Auriculares Inalámbricos!

Existen diferentes tipos de auriculares.  Según queden dentro o fuera de los oídos, podemos hablar de auriculares internos o externos. Debido a la comodidad de los auriculares inalámbricos internos, que permiten una mayor libertad de movimientos, su uso es cada vez mayor.

Sin embargo, los auriculares internos son los más perjudiciales para la salud auditiva. El motivo es que se sitúan próximos al tímpano. Cuando se introduce uno de estos dispositivos dentro del oído, el volumen de aire que queda entre el auricular y la membrana timpánica es menor. Al reducir el volumen de aire, aumenta la potencia del sonido que se escucha. Y esta potencia puede lesionar la cóclea.

Las lesiones en la cóclea provocan pérdida auditiva irreversible.

Los auriculares que tienen forma de orejeras son mejores que los que se insertan en el oído. Es cierto que pasan menos desapercibidos, pero pueden ser claves para que mantengamos una buena salud auditiva durante más años.

Límite al Volumen y al Tiempo de uso

La mejor manera de evitar el daño auditivo cuando se utilizan auriculares, es limitando el volumen.  Por encima de 80 decibelios (dB) el oído comienza a sufrir. Para que nos hagamos una idea, el interior de un vagón de metro o el ruido de una calle con tráfico intenso puede rondar los 80 dB. Por eso lo ideal es que el volumen no supere ese límite.

Hay que tener presente que, aunque podamos exponer nuestros oídos a un mayor volumen, cuanto mayor sea este, menor deberá ser el tiempo al que podamos exponernos antes de sufrir daño auditivo.

Es recomendable, y más en estos momentos, evitar compartir los auriculares internos con otra persona para evitar contagios. Y, si es necesario hacerlo, antes de cambiar de usuario, es mejor desinfectar los auriculares con un paño mojado en una solución de alcohol al 70%.