El daño auditivo es la pérdida o disminución de la audición de manera temporal o permanente que se produce en uno o en ambos oídos como consecuencia de un daño producido en las estructuras del oído.

El daño suele estar provocado por la exposición a un exceso de decibelios. Esta sobreexposición puede tener su origen en actividades laborales o recreativas.

La pérdida auditiva suele ser gradual y la persona no es consciente de que está dañando su audición hasta que la pérdida es evidente. El problema es que cuando esto sucede, no hay vuelta atrás. La audición perdida no se puede recuperar.

El daño auditivo no entiende de edades. Niños, jóvenes y mayores pueden sufrir un daño auditivo si no protegen su audición correctamente. De hecho, son cada vez más los jóvenes que están sufriendo pérdidas auditivas precoces debido a la utilización de auriculares, a un volumen excesivo y durante mucho tiempo, para escuchar música, ver películas o jugar a videojuegos.

Manifestación del Daño Auditivo

El daño auditivo se puede manifestar de diferentes formas.

  • Fatiga auditiva: Es la pérdida temporal de la audición que se produce como consecuencia de la exposición a altos niveles de ruido. No es permanente y la audición se suele recuperar entre 2 y 16 horas después de la sobreexposición.
  • Sordera conversacional: Este tipo de pérdida auditiva se caracteriza por los problemas que desarrolla la persona para oír algunos fonemas por lo que resulta complicado entender al interlocutor y seguir una conversación.
  • Trauma acústico: Es la pérdida de audición que se produce debido a un daño en el oído interno como consecuencia de un ruido muy elevado y repentino como un arma de fuego o una explosión realizado cerca del oído. El trauma acústico también puede deberse a una exposición continuada a un ruido que exceda los 85 dB sin protección.
  • Hipoacusia: Es la disminución de la sensibilidad auditiva. Puede afectar a uno o a ambos oídos y se puede presentar en distintos tipos y grados.
  • Sordera: Pérdida de audición que impide oír correctamente los sonidos.

Protección contra el Daño Auditivo

Como decimos, el daño auditivo se produce fundamentalmente debido a una exposición prolongada a un exceso de decibelios. Lo más habitual es que se produzca en entornos laborales. De hecho, hay profesiones en las que existe un riesgo evidente de desarrollar pérdida auditiva. Se considera un riesgo laboral. La única manera de evitar desarrollar la pérdida auditiva en el trabajo pasa por la prevención. Para ello, es necesario proteger los oídos durante la jornada laboral con tapones o con orejeras.

Por otra parte, en los últimos años ha aumentado el número de jóvenes que reporta pérdida auditiva. El origen está en un mal uso de los auriculares. Escuchar música durante varias horas seguidas y hacerlo a un volumen elevado perjudica a medio plazo al oído. Es muy importante mantener un volumen adecuado (que otras personas no puedan escuchar la música) y hacer pausas para dejar descansar los oídos.

Recuerda que el daño auditivo está directamente relacionado con el nivel de ruido al que estemos expuestos así como al tiempo de exposición al mismo.