En los meses de invierno, especialmente cuando bajan las temperaturas, son muchas las personas que se constipan o que desarrollan procesos víricos que afectan a las vías respiratorias altas. La infección de esta zona provoca inflamación y generación de moco. Ambas circunstancias, unidas a que los oídos están conectados con la rinofaringe, pueden provocar la derivación de moco a los oídos y su infección. Para evitarlo es preciso evitar la congestión de los conductos auditivos. Hoy hablamos de cómo remediar la congestión de los oídos.

Cómo remediar la Congestión de los Oídos

Los oídos están conectados con la rinofaringe a través de las Trompas de Eustaquio. Su función consiste en regular la presión del oído para evitar daños en el tímpano.

Cuando ocurre una infección en las vías respiratorias, el tubo que comunica la laringe con el oído medio se inflama, reduciendo su grosor. Además, si los mocos que se generan en las fosas nasales penetran en el citado conducto, dificultan la correcta ventilación del oído. Esto es más común en los niños ya que las trompas de Eustaquio son más pequeñas.

La congestión en los oídos provoca una disminución de la audición. Los sonidos no logran acceder al oído interno debido a la acumulación de moco, por lo que los sonidos se reciben como amortiguados. Por otra parte, la congestión en los oídos puede provocar una infección u otitis. Es dolorosa y requiere la visita al médico para ser tratada con antibióticos.

Para evitar ambas consecuencias, hay que tratar de evitar la congestión en los oídos. Es importante, en procesos catarrales o durante los constipados, mantener una buena hidratación. Esta reduce la irritación en las vías respiratorias y por lo tanto la producción de mucosidad. La utilización de humidificadores permite contar con un ambiente favorable. También es conveniente mantener las fosas nasales despejadas para lo que es preciso realizar lavados nasales de forma habitual.

Otros Remedios Naturales

Para aliviar la congestión de los oídos se puede realizar un lavado con agua salina. Utilizando agua tibia y un poco de sal, esta se introduce en el oído utilizando una jeringuilla o un bulbo sin ejercer presión. El agua puede reblandecer los mocos y favorecer su expulsión.

El vapor de agua también puede actuar como un hidratador de las vías nasales y de los conductos auditivos. El vapor se consigue hirviendo agua en una olla. Una vez hervida, es preciso situar la cabeza sobre la olla cubriéndola con una toalla para que sea más efectivo. Añadir una hoja de eucalipto puede mejorar la sensación.

Si estos remedios no son efectivos, es conveniente acudir al médico. Este puede recetar gotas para eliminar los mocos y evitar el desarrollo de una infección.

Y es muy importante recordar que nunca hay que introducir ningún elemento en el oído. Hacerlo puede ser contraproducente al empujar el moco o el cerumen hacia el interior del oído pudiendo provocar daño en el tímpano.

Si una vez pasado el proceso catarral se mantienen los problemas auditivos, es conveniente acudir al profesional de la audición para que valore el estado de la misma. En Audiocentro revisamos tu salud auditiva de manera sencilla, rápida e indolora.