La llegada del verano es un buen motivo para salir de casa y disfrutar al aire libre. Las terrazas se convierten, especialmente a la caída de la tarde, en lugares de reunión donde hablar con los amigos mientras se escucha música.

Si las terrazas se llenan, también lo hacen las zonas de ocio nocturno. Pubs y discotecas se convierten, especialmente para los jóvenes, en lugares donde escuchar música, bailar y relacionarse entre sí.

En verano, la mayoría de las discotecas, se disponen al aire libre. Espacios amplios, que tratan de evitar el calor de los recintos cerrados y en los que disfrutar hasta que el cuerpo aguante…

Eso sí, aún estando en recintos abiertos, las discotecas siguen siendo lugares en los que el volumen de la música es muy alto. La potencia de los altavoces es tan grande que, sin darnos cuenta, afecta de manera directa a nuestros oídos.

Los oídos sufren con el volumen de la música

Nuestros oídos están expuestos diariamente a altos niveles de ruido, especialmente las personas que viven en ciudades grandes. De hecho, según la Organización Mundial de la Salud (OMS),  alrededor de 450 millones de europeos, un 65% de la población, están expuestos a niveles superiores a los 55 dB.

Por lo general, estamos sometimos a una media de 55-60 dB en la ciudad. En ciudades pequeñas o en el campo, la media se sitúa en unos 35-40 dB.

Cuando estamos en un local tipo pub sería de unos 85-90 dB y, en el caso de una discoteca, se superaría ese nivel hasta alcanzar los 100 dB (dependiendo del caso).

Una exposición diaria a ruido de 92 dB equivaldría a escuchar una alarma de incendios constantemente durante más de 32 horas.

La exposición a ruidos por encima de los 85 dB durante más de 8 horas al día puede provocar una pérdida de audición permanente con el paso de los años.

Estar expuesto a un ruido intenso también puede dar lugar a la aparición de tinnitus. Son ruidos en los oídos (como un pitido continuo o un timbre) que no proceden de ninguna fuente externa. Casi todos lo hemos sufrido en ocasiones puntuales y en la mayoría de los casos suele desaparecer de la misma manera en que llegó; sin darnos cuenta.

Sin embargo, una exposición elevada a ruidos fuertes puede hacer que el tinnitus se convierta en algo crónico.  

Prevención como única defensa

Para evitar que una buena parte de la población joven, los usuarios de estos locales nocturnos, pierda audición de una manera acelerada, sería conveniente que se redujeran los niveles de ruido en estos sitios.

Los propietarios de los pubs y discotecas suelen estar preocupados por los niveles de ruido que se producen en sus locales, en la medida en que pueden afectar a los vecinos que viven cerca. Los perjuicios causados por el ruido, especialmente en horario nocturno, están multados por la legislación vigente. De ahí su preocupación.

El problema es que nadie se preocupa por la salud auditiva de las personas que están dentro de estos locales. Los propios usuarios no son conscientes del riesgo que corren sus oídos. Por eso sería perfecto que se ofreciera información al respecto y se instalaran señales advirtiendo del peligro que supone situarse cerca de los altavoces.

Por otra parte, los trabajadores de estos lugares están expuestos obligatoriamente cada día a niveles de ruido no recomendables. Las leyes de seguridad ocupacional de la Unión Europea exigen el uso de protectores auditivos a los trabajadores que están expuestos a ruidos de más de 85 dB.

En este sentido, el uso de tapones de oídos para reducir el riesgo de padecer una pérdida de audición, se torna fundamental entre los empleados.

¿Cuál es tu relación con las discotecas? ¿Crees que es demasiado elevado el volumen de la música? Cualquier comentario al respecto será bien recibido. Lo estamos esperando.