Durante los meses de verano son muchas las personas que, al menos durante algunas semanas, disfrutan de sus merecidas vacaciones. Llega el momento de hacer un descanso, cambiar de hábitos y, si es posible, incluso de lugar de residencia.

La playa, la montaña, el pueblo…son muchos y variados los lugares donde podemos ir para “cambiar de aires” y coger fuerzas antes de volver al trabajo o a la rutina diaria.

Las vacaciones aportan un buen número de beneficios para la salud de los trabajadores. Está comprobado que, durante el período vacacional, disminuye la presión arterial, se produce una disminución del estrés y se mejora el estado de ánimo.

Todo esto, unido a una mejor calidad de sueño, hace que estemos deseando que lleguen las vacaciones.

Descanso para los Oídos

En el día a día, por regla general, y especialmente en las grandes ciudades, estamos sometidos a una gran cantidad de ruido. La mayor fuente de ruido procede del tráfico. A este se suma el ruido generado por la actividad humana (tanto dentro como fuera de las viviendas), el ruido industrial y el ruido provocado por las actividades de ocio.

El ruido incide en la salud de las personas en general y en la salud auditiva en particular. La exposición a un ruido elevado de manera habitual (por encima de 85 decibelios la Organización Mundial de la Salud advierte de peligro para la audición) puede provocar, a medio plazo, pérdida auditiva o la aparición de problemas como el tinnitus o la fatiga auditiva.

Las vacaciones son el momento perfecto para dar un respiro a nuestros oídos. Lo ideal, siempre que se pueda, es pasar tiempo en sitios tranquilos alejados de ruidos, como el campo o lugares cercanos al mar.

Ruido Blanco

Escuchar las olas del mar aporta relajación. Este ruido se conoce como ruido blanco y sus propiedades son positivas para el ser humano. De hecho, escuchar ruido blanco ayuda a conciliar el sueño y a reducir los niveles de estrés.

El ruido que produce caminar sobre grava o el ruido de la lluvia al caer sobre los cristales, también genera confort acústico.

Vivir rodeados de ruidos, aunque a corto plazo no parece afectar, a medio o largo plazo termina pasando factura. Especialmente dañino es el ruido nocturno porque impide alcanzar un sueño de calidad. Y no hay que olvidar que el  sueño está involucrado en diferentes procesos fisiológicos, incide en la consolidación de la memoria, ayuda a mantener un sistema inmune en buenas condiciones y regula la circulación sanguínea y el sistema hormonal.

Por todo ello, si estás a punto de coger tus vacaciones de verano, presta atención a tus oídos y ayúdales a descansar. Si prestas atención, puede que, incluso, oigas sonidos que en el día a día pasan desapercibidos.

Disfruta de tus vacaciones, dale un descanso a tus oídos y descubre los sonidos que te rodean.