La exposición al ruido de corta duración y gran intensidad como las explosiones o los disparos de armas de fuego, puede producir una pérdida repentina de la audición o un trauma acústico.

Un ruido se denomina impulsivo cuando su duración es extremadamente corta. El oído está provisto de un mecanismo protector que reduce la transmisión de los sonidos más intensos hacia las delicadas células del oído interno, pero actúa después de unos diez centésimas de segundo. Los ruidos impulsivos se producen de manera tan rápida que el oído no tiene tiempo de protegerse.

Exponerse a un ruido impulsivo de manera continuada puede afectar a las células ciliadas hasta el punto de perder audición. Una vez que las células ciliadas se han dañado y se ha perdido audición, es imposible recuperarla.

O por lo menos, así es hasta el momento. Pero esto puede cambiar.

Una investigación realizada en la Escuela de Medicina de la Universidad del Sur de California, ha identificado los mecanismos que subyacen a la pérdida de audición inducida por el ruido y ha demostrado que una simple inyección en el oído medio, puede ayudar a preservar la audición después de la exposición a ruidos fuertes.

Ruido y pérdida auditiva

Para conocer cómo afecta la exposición a ruidos extremadamente fuertes a la audición, los investigadores sometieron a unos ratones a estos estímulos y observaron lo que sucede con las estructuras dentro de los oídos de los ratones en las horas posteriores al estallido al que fueron expuestos.

Comprobaron que una de las cámaras dentro de la cóclea se llenaba de un fluido llamado endolinfa. Tanto las células ciliadas, como las conexiones entre las neuronas auditivas, resultaban dañadas en los días siguientes.

Investigación y tratamiento

Para tratar de solucionar el problema, los investigadores inyectaron una solución similar al que rodea al conducto coclear en la abertura del oído interno. Esto provocó que la endolinfa fluyera fuera del conducto.

Después de dos meses, los ratones tratados con esta solución más concentrada habían perdido entre 45 y 64 por ciento menos sinapsis (mecanismo de comunicación entre dos o más neuronas), en comparación con los ratones no tratados.

Estos resultados sugieren que la pérdida auditiva inducida por el ruido podría detenerse si los médicos pudieran revertir la acumulación de endolinfa lo suficientemente rápido.

Aunque la investigación seguirá su cauce, desde Audiocentro recomendamos extremar la precaución ante los ruidos impulsivos (petardos, armas de fuego…) para evitar los problemas relacionados con la audición que pueden derivarse de los mismos.