El verano es una época para disfrutar y para pasar más tiempo al aire libre. A lo largo y ancho de nuestro país se organizan conciertos para amenizar las fiestas de barrios y pueblos. Desde pequeños conciertos a grandes giras musicales que ponen música a las largas y cálidas noches estivales.

Son muchas las personas, de todas las edades, que asisten a estos conciertos aparentemente inofensivos.

Protección para los oídos

Sin embargo, estar expuesto a los altos decibelios de los altavoces durante los conciertos puede provocar tinnitus (ruidos que se escuchan de manera constante sin que exista una fuente externa que los cause) o incluso pérdida auditiva.

Existe una relación directa entre la sobreexposición al ruido y la pérdida de audición. De hecho, son muchos los músicos profesionales que han manifestado el deterioro de su salud auditiva después de estar expuestos durante muchas horas al día a altos niveles de música en ensayos, grabaciones y conciertos.

Una vez que se pierde audición, ésta no se recupera. Pero el público, o desconoce este extremo o simplemente no le importa. Según un estudio en el que se realizaron pruebas de audición a adolescentes antes y después de acudir a un concierto, el 72% de los participantes experimentaban una capacidad auditiva reducida tras asistir al mismo.
El 53,6% de los adolescentes comentaba que su audición era peor y el 25% manifestaba que había experimentado tinnitus o pitidos en los oídos.

¿Qué hacer en un concierto?

Además de situarse en un lugar apartado de los altavoces, es importante proteger los oídos de la música. Para ello, existen tapones que, sin eliminar la entrada de sonido, sí la minimizan. De esta manera reducen el impacto que pueden llegar a sufrir las células ciliadas debido a las ondas acústicas.

Según la Organización Mundial de la salud, el nivel máximo de exposición sin riesgos es 85 decibelios (dB) durante un máximo de 8 horas. A medida que aumenta la intensidad del sonido disminuye el tiempo máximo admisible. Por tanto, un ruido que alcance los 95 – 100 dB —el nivel medio producido en conciertos y discotecas— únicamente se puede escuchar sin riesgo durante 30 minutos al día. Para permanecer más tiempo, es aconsejable el uso de protectores auditivos.

Hace unos días podíamos ver una imagen de la actriz Silvia Abascal en el concierto de Alejandro Sanz utilizando tapones para los oídos y cascos para protegerse del volumen de la música. En su caso, debido a la hipersensibilidad que padece en los oídos desde que sufriera un ictus hace unos años.

Imagen de Lecturas