Ruido, Pérdida Auditiva y Calidad de Vida
Cada último miércoles del mes de abril tiene lugar el Día Internacional de la Concienciación sobre el Ruido. Un día, que como su nombre indica, pretende alertar a los gobiernos y a la población en general, de los peligros que para las personas supone vivir expuestos a un exceso de decibelios.
El ruido es un enemigo invisible. No podemos verlo pero nuestro cuerpo sí puede sentirlo. En ocasiones, de manera inmediata nos duelen los oídos después de un ruido elevado producido por una máquina, el claxon de un vehículo, una alarma…En otras ocasiones, los efectos del ruido se manifiestan a medio o largo plazo cuando la persona se da cuenta de que tiene problemas para oír correctamente.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) lleva años alertando del peligro del ruido. Una de cada 5 personas tiene problemas de audición, pero, de seguir la tendencia actual, en unos años será una de cada 4.
Ruido y Salud
El ruido es un factor de riesgo que afecta a la salud auditiva e incide de manera directa en la salud de las personas. De hecho, el exceso de ruido puede ser la causa de la aparición de problemas cardiovasculares, digestivos o psicológicos. El riesgo es mucho mayor cuando la exposición al ruido es nocturna e impide el descanso. Esto puede influir en la conducta provocando episodios de agresividad o irritabilidad. Además, el ruido también afecta a la capacidad de concentración y aprendizaje.
Solo en Europa, según la Agencia Europa del Medio Ambiente (AEMA), la contaminación acústica causa al año 16.600 muertes prematuras y más de 72.000 hospitalizaciones.
Ruido en Todas Partes
La Organización Mundial de la Salud define como ruido cualquier sonido superior a 65 decibelios (dB). Si el ruido supera los 75 dB se vuelve dañino para la audición.
Los habitantes de las grandes ciudades son los que están más expuestos a un exceso de ruido en su vida diaria. El tráfico es la principal fuente de ruido. A él se suman los ruidos provocados por las fábricas, las máquinas o herramientas de trabajadores (obreros, jardineros…) o los ruidos que generan las actividades de ocio (bares y locales nocturnos).
El ruido que generan los vecinos también afecta a la calidad de vida y puede ser la causa de conflictos interpersonales.
Una de las herramientas más eficaces en la lucha contra el ruido es la concienciación ciudadana. Ser conscientes de los problemas que provoca la exposición a un exceso de decibelios puede hacer que seamos más sensibles y evitemos generar ruido en nuestras actividades diarias.
Protegerse del exceso de decibelios también es recomendable. Es muy importante, en este sentido, que las personas que utilizan auriculares (jóvenes especialmente), reduzcan el volumen y el tiempo de exposición. Los últimos datos indican que cada vez son más los jóvenes que sufren pérdida de audición precoz debido al mal uso de los auriculares.