Durante los meses de verano es habitual cambiar las rutinas que llevamos cabo a lo largo del año. Coincidiendo con las vacaciones escolares y laborales son muchas las personas que deciden cambiar de aires y descansar pasando unos días en la playa, en el pueblo, en un entorno natural o hacer viajes más largos y visitar otros países. Hacer excursiones a la montaña, disfrutar de conciertos, realizar actividades al aire libre, practicar deportes submarinos, o simplemente refrescarse en la piscina son algunas de las actividades más comunes en verano.

Estas actividades pueden poner a prueba nuestros oídos, de una u otra forma. Por eso, es aconsejable revisar los oídos después del verano para comprobar el estado de la salud auditiva y tomar las medidas oportunas para comenzar septiembre con la mejor audición.

Los Riesgos del Verano para los Oídos

Bañarse en la piscina o zambullirse en cualquier otro entorno acuático (mar, río, lago…) puede provocar episodios de otitis. Si los oídos permanecen húmedos durante demasiado tiempo, las bacterias que se encuentran en el agua, y que acceden al interior del oído libremente, pueden proliferar gracias al calor y la humedad que encuentran en los conductos auditivos. La infección de oídos se conoce como otitis y es preciso acudir al médico y tomar antibióticos para eliminarla.

La otitis suele afectar a la audición de manera temporal. Sin embargo, si la infección se repite, el oído puede resultar dañado y presentar una pérdida auditiva.

La exposición a ruidos fuertes, como los que se producen en los conciertos, también pueden afectar a los oídos pudiendo provocar episodios de tinnitus que, aunque en la mayoría de las ocasiones desaparecen después de unos días, pueden volverse permanentes. También la exposición continua a los decibelios que emiten los auriculares utilizados para escuchar música o jugar pueden provocar pérdida de audición precoz en personas jóvenes.

Por otra parte, los cambios de presión a los que se someten las personas que viajan en avión o que realizan submarinismo pueden provocar un barotraumatismo. Si es leve se suele manifestar con dolor de oídos y sensación de taponamiento. Pero en los casos más graves, se puede llegar a producir una rotura del tímpano que puede afectar a la audición.

Revisar los Oídos en Septiembre

Mantener una buena salud auditiva es fundamental en cualquier etapa de la vida. La comunicación con el entorno y las relaciones sociales se realizan, en gran parte, gracias a la audición. Disponer de una buena audición hace posible que los niños aprendan. De hecho, los problemas auditivos infantiles pueden provocar fracaso escolar.

Las personas mayores que pierden audición son más propensas a desarrollar episodios de estrés o depresión. Incluso hay estudios que ponen de manifiesto que las personas mayores con pérdida auditiva no corregida sufren más caídas y tienen más probabilidad de ingresos hospitalarios.

Las revisiones auditivas son rápidas e indoloras y sirven para conocer el estado de la salud auditiva y la evolución de la misma. Realizarse una revisión cada año es una buena opción. De esta manera, el profesional puede hacer una comparativa y detectar el inicio de la pérdida auditiva.

Conocer esa pérdida lo antes posible es necesario para poder ponerle solución y evitar que el problema se agrave. Y es que la audición que se pierde, no se recupera.

¡Acércate a tu Audiocentro más cercano y pide cita! Revisa tus oídos después del verano y empieza el mes de septiembre con la mejor audición posible.