El 3 de diciembre se celebra el Día Internacional de las Personas con Discapacidad con el objetivo de sensibilizar a la sociedad sobre la realidad de las personas con discapacidad y reivindicar sus derechos.

Entre las distintas discapacidades, la discapacidad auditiva es una de las que pasa más desapercibida. Se trata de un déficit en la audición que sufre una persona y que puede ser total o parcial. En el primer caso, hablamos de sordera y en el segundo de hipoacusia.

Tipos de Hipoacusia

La hipoacusia puede afectar a uno o a ambos oídos y puede manifestarse en distintos grados. Existen varios tipos de hipoacusia; la hipoacusia neurosensorial se produce como consecuencia de un daño en el oído interno, en el nervio auditivo o en el cerebro. Suele estar causada por un daño en las células ciliadas o las terminaciones nerviosas de la cóclea y el motivo más frecuente es el envejecimiento.

La hipoacusia conductiva se debe a un problema en el oído externo o en el oído medio que impide que la información llegue a al oído interno.

Por último, la hipoacusia mixta es la pérdida de audición que se puede deber tanto a los órganos conductivos como al sistema neurosensorial.

Por qué se produce la Hipoacusia

Las causas de la hipoacusia son variadas. Por un lado, existen componentes genéticos que determinan la discapacidad auditiva desde el nacimiento de la persona. Por otro, hay factores ambientales que son determinantes a la hora de provocar o facilitar el desarrollo de problemas auditivos como por ejemplo la exposición prolongada a un exceso de decibelios.

Algunas infecciones pueden derivar en pérdida auditiva al igual que algunos fármacos (los llamados medicamentos ototóxicos). El alcohol y el tabaco también contribuir al desarrollo de la pérdida de audición.

Y entre las causas inevitables para la hipoacusia se encuentra el paso del tiempo. El envejecimiento es uno de los motivos principales de la pérdida de audición y además es inevitable.

Audífonos ante la Hipoacusia

Evitar la pérdida de audición en algunos casos es posible minimizando o evitando los factores de riesgo tales como la exposición al ruido.

En otros casos, cuando la hipoacusia se debe al paso del tiempo, no se puede evitar. En estos casos sí es posible ralentizar o frenar la pérdida auditiva mediante el uso de audífonos.

Los audífonos son pequeños dispositivos electrónicos que amplifican las señales acústicas para que la persona pueda oír mejor determinados sonidos. Los audífonos cada vez son más cómodos y discretos. Además cuentan con mejores prestaciones por lo que ofrecen una experiencia más satisfactoria que contribuye a mejorar la calidad de vida de las personas con problemas de audición.

En el Día de las Personas con Discapacidad, desde Federópticos destacamos el valor que aportan los audífonos a las personas con discapacidad auditiva.