En verano solemos practicar actividades que durante todo el año por falta de tiempo o por encontrarnos lejos del lugar donde se practican, no realizamos. Las actividades relacionadas con el entorno acuático son un buen ejemplo.

Aprovechando unos días de vacaciones junto al mar, podemos decidirnos a practicar submarinismo. Se trata de una actividad que se puede realizar con amigos, en familia o de manera individual. Los que la han practicado, aseguran que se trata de una de las actividades más bellas y apasionantes. Sin embargo, para disfrutar de la misma es preciso que la persona que se decida a practicarla tenga claros algunos conceptos para evitar problemas que afecten a su salud.

El barotrauma es la lesión más común provocada por la práctica del submarinismo. El barotrauma está motivado por cambios de presión brusca, que pueden suceder tanto en el agua como en el aire. Puede provocar daño en algunas zonas del cuerpo tales como los pulmones, la piel o los huesos. También los oídos pueden sufrir daños.

Las personas que sufren un barotrauma exponen dolor de oídos, sensación de taponamiento, mareo, pérdida de la audición o sangrado.

La presión del aire

El oído medio es un lugar estrecho, situado entre el tímpano y el oído interno. Los sonidos llegan, en forma de vibración de aire, a través del canal auditivo. Como consecuencia de estas vibraciones el tímpano se mueve y también los huesos del oído medio. Para que el movimiento pueda darse, el aire que hay a ambos lados del tímpano tiene que tener la misma presión. Si no es así, el tímpano queda en medio de dos presiones distintas y puede resultar herido.

En este sentido, a medida que el submarinista desciende hacia el fondo del mar, la presión del aire que hay en el agua disminuye mientras que la presión del aire en el oído medio permanece relativamente sin cambios.

Buena parte de los barotraumas que se dan en el oído medio se podrían prevenir. Para ello sería necesario que los submarinistas aprendieran varias maniobras para compensar el oído.

La técnica más común de compensación es la maniobra de Valsalva. No obstante, no funciona con todas las personas y puede que no funcione con una misma persona todos los días. Por eso es necesario aprender alguna otra técnica para aplicarla si la primera falla.

Los buceadores deben aprender a reconocer también los primeros síntomas de un barotrauma para que puedan parar el descenso y evitar consecuencias serias como la rotura del tímpano o la pérdida de audición.