En más de una ocasión hemos hablado en este blog de la relación directa que existe entre la pérdida de audición y la depresión. Es un hecho que, como consecuencia del paso de los años, las personas perdemos audición. Es lo que se conoce como presbiacusia. Pero no sólo se pierde audición debido a la edad. Hay otras causas que motivan la pérdida auditiva: la exposición excesiva a ruidos elevados (en el trabajo o durante el tiempo de ocio), tratamientos con medicamentos ototóxicos, enfermedades degenerativas…

Dejar de oír los sonidos cotidianos supone una merma de nuestras capacidades. No ser capaz de seguir una conversación, oír la radio o responder a una persona que nos saluda puede afectar a la nuestra actitud. En un primer momento la persona con pérdida auditiva se muestra suspicaz y molesta porque cree que son los demás los que no vocalizan correctamente o los que hablan demasiado bajo para que no se les pueda entender.

Otra fase por la que pasan las personas con pérdida auditiva es el aislamiento. Para evitar la frustración que supone no entender las conversaciones, tienden a aislarse.

El aislamiento en particular y la pérdida auditiva en general, puede provocar según varios estudios, problemas de salud. Concretamente, un estudio elaborado recientemente por el departamento de Psiquiatría de la Universidad Autónoma de Madrid y el Ciber de Salud Mental en colaboración con investigadores del Parque Sanitario San Joan de Dèu (Barcelona) y el King`s College London (Reino Unido) identifica la relación entre los síntomas depresivos y ciertos factores de salud como la pérdida visual o auditiva.

Audífonos: La Solución

Hoy en día existen soluciones para tratar la mayoría de las pérdidas auditivas. Los audífonos y los implantes cocleares pueden ayudar a las personas con problemas de audición a recibir nuevos estímulos que son enviados al cerebro para que éste pueda seguir interpretándolos y se pueda seguir llevando a cabo la audición.

Según el estudio “Pérdida de audición: cifras y costes”, publicado por Hear-it AISBL, las personas que tratan su pérdida auditiva son más felices. Su calidad de vida es mejor que la de las personas con problemas de audición o hipoacusia.

Esta mejor calidad de vida se resume en un menor agotamiento físico y mental, mejor sueño, menor depresión y mejor memoria que la de las personas que no llevan audífonos.

Otra de las cuestiones analizadas en el estudio tiene que ver con el trabajo. En este punto una mejor audición también favorece un mejor salario. Las personas con pérdida auditiva ganan menos que el resto.

En definitiva, si las personas que pueden oír son más felices que las que tienen problemas para hacerlo y muchos de los problemas de audición se solucionan utilizando audífonos, ¿por qué todavía hay personas que optan por llevar una vida más infeliz?

Revisa tu audición de manera periódica, ponle freno a la pérdida auditiva y ¡Vive Feliz!