Las consecuencias emocionales y psicológicas que se derivan de una pérdida auditiva pueden provocar un deterioro cognitivo. Lo ponía de manifiesto un estudio francés que realizó un seguimiento, durante 25 años, a 4.000 personas de más de 65 años.

Recientemente otro estudio, llevado a cabo en Estados Unidos y publicado en la revista JAMA Otolaryngology Head & Neck Surgery, señala que las personas mayores sufren deterioro cognitivo incluso con pérdidas de audición leves (no más de 15 decibelios).

Perder audición, especialmente en las personas mayores, significa perder el contacto con el mundo que les rodea. La frustración que acompaña el no poder entender a las personas queridas, a los amigos, o tener problemas para realizar actividades rutinarias como oír la radio o la televisión, puede generar sentimientos de incomprensión, enfado e incluso tristeza. Muchas personas tienen a perder el contacto con el mundo exterior, quedándose en casa y en soledad.

Este aislamiento, por cierto, está relacionado con el declive físico y mental de los mayores con pérdidas de audición.

Audición y Cerebro

Según este último estudio, los problemas de audición, incluso los más leves, provocan que el cerebro tenga que hacer un sobreesfuerzo. Y es que las personas con peor audición utilizan mucha más capacidad intelectual para decodificar las palabras que se dicen.

El problema es mayor cuando los problemas de audición se agudizan. El esfuerzo del cerebro es mayor para interpretar los estímulos incompletos que le envía el oído. Ese esfuerzo provoca fatiga mental y hace que a la persona le cueste mantener la atención en conversaciones largas. Además, no siempre se logra completar los espacios “en blanco” por lo que se pierde información haciendo complicado seguir una conversación.

Revisión Auditiva y Audífonos

La pérdida de audición es normal en las personas. Y es que, como consecuencia del paso del tiempo la audición se pierde de manera gradual. Es normal no darse cuenta en un primer momento ya que la lectura labial y subir el volumen puede solucionar la pérdida incipiente.

Por eso, y para detectar cuanto antes una pérdida auditiva, es fundamental realizarse, de manera periódica, revisiones auditivas. Las revisiones son rápidas e indoloras y permiten al especialista conocer el estado de la audición del paciente y detectar el momento en el que aparecen los problemas.

La utilización de audífonos suele ser la mejor solución para hacer frente a la pérdida auditiva y para evitar que esta se desarrolle sin control.