Este año, hasta el momento, no hemos podido disfrutar de la primavera al aire libre debido al confinamiento al que hemos estado sometidos durante el estado de alarma, para prevenir el contagio por COVID-19. No obstante, el hecho de haber permanecido dentro de las viviendas ha sido favorable para las personas alérgicas al polen. Y es que, de esta manera, han evitado la exposición a la floración de ciertas especies vegetales propias de esta época del año.

Uno de los consejos que se da a las personas alérgicas durante las épocas de floración, es evitar los espacios abiertos, especialmente los parques y zonas verdes y permanecer en lugares cerrados.

En el mes de mayo, aunque media España, la mitad norte, tiene unos niveles de polen bajos, la mitad sur todavía tiene unos elevados niveles de polen de gramíneas. Algunas provincias registran niveles elevados de ortigas y, a pesar de que los registros de olivo continúan siendo bajos, en los últimos días se han incrementado.

Alergia y Oídos

La alergia es una reacción inmunológica del organismo a sustancias externas que éste considera dañinas.

Las personas alérgicas padecen frecuentes estornudos y, como consecuencia, congestión nasal. Debido a ello, la respiración se puede ver afectada, especialmente entre las personas que padecen asma.

La nariz está conectada con los oídos a través de las trompas de Eustaquio. De esta manera la mucosidad puede, en determinadas ocasiones, afectar a los mismos. Si esto sucede, se puede provocar una infección en la zona. Para evitar este riesgo, lo más aconsejable es mantener las fosas nasales limpias de mucosidad. Los lavados nasales frecuentes contribuyen a lograrlo.

Prevención

Ahora que comenzamos a salir de casa, es importante que las personas alérgicas se informen del estado de floración de la especie cuyo polen les afecta.  Al salir a la calle, es conveniente utilizar gafas de sol para proteger los ojos del polen que está en el aire. Además de los estornudos a los que nos hemos referido, la alergia provoca lagrimeo en los ojos y enrojecimiento de los mismos. Los ojos se vuelven sensibles a la luz del sol por lo que las gafas de sol, cuanto más envolventes mejor, son buenas aliadas para luchar contra los efectos de la alergia.

Hay que evitar las actividades al aire libre los días de viento y con altas concentraciones de polen. Y, aunque en casa se pueden ventilar las habitaciones, es preferible que las ventanas permanezcan cerradas el resto del día.

Protegernos de la alergia es proteger, en cierta medida, nuestra salud auditiva.