Existen diferentes causas que pueden dar como resultado una pérdida auditiva. La Organización Mundial de la Salud las clasifica en dos; causas congénitas y causas adquiridas.

Las primeras son las que determinan la pérdida de audición en el nacimiento o poco después. Lo más habitual es que responda a factores hereditarios aunque también se puede deber a complicaciones durante el embarazo o el parto.

Las causas adquiridas son las que motivan la pérdida auditiva en una persona sin problemas previos. Determinadas enfermedades infecciosas (meningitis, sarampión…), traumatismos craneoencefálicos, la sobreexposición al ruido o el envejecimiento son las más comunes entre este segundo tipo. Una mala alimentación por parte de la madre durante el embarazo, o del niño en los primeros años de vida, también puede estar detrás de una pérdida auditiva. Hay estudios que así lo ponen de manifiesto.

El último estudio que hemos conocido en este sentido, ha sido realizado por estadounidenses y se ha llevado a cabo en Nepal. Los resultados del mismo demuestran que los niños que durante su edad preescolar sufren desnutrición, tienen el doble de posibilidades de desarrollar problemas de audición y pérdida auditiva.

Prevención de la Pérdida de Audición

En base a los resultados de este estudio, se puede concluir que una correcta alimentación puede posibilitar una salud auditiva más fuerte y evitar o paliar la pérdida auditiva en determinados casos.

En esta línea, se acaba de publicar otro estudio, en este caso realizado por investigadores de la Universidad CEU San Pablo de Madrid, en colaboración con el Centro de Investigaciones Biológicas (CIB), que ha analizado el papel de la nutrición en la prevención de la pérdida auditiva.

Según el estudio, el inicio y la progresión de la pérdida auditiva están relacionados con la disponibilidad de nutrientes y su metabolismo. Los investigadores han estudiado cómo el metabolismo de la homocisteína está estrechamente relacionado con el daño auditivo. La homocisteína es una sustancia química que el cuerpo humano utiliza para producir proteínas. La vitamina B6, la B12 y el ácido fólico descomponen la homocisteína y la transforman en sustancias que el cuerpo necesita.

Los científicos se han centrado en el papel del ácido fólico y la vitamina B12 en la inducción o prevención de la pérdida auditiva.

Llevar una dieta saludable y equilibrada es fundamental para mantener la salud auditiva y evitar durante más tiempo la pérdida auditiva relacionada con la edad. El ácido fólico no debe faltar en la dieta.

Las hojas de las verduras como las espinacas, espárragos, grelos, guisantes contienen mucho ácido fólico. Muchas clases de frutas y el hígado también. Así que, elaborar una dieta que contenga ácido fólico es, además de muy sano, beneficioso para mantener una buena audición.