¡No Guardes tus Audífonos en el Coche!

Los audífonos son aparatos delicados que hay que cuidar para evitar un mal funcionamiento de los mismos o que se acorte su periodo de vida útil.

Al adquirir un audífono por primera vez, el profesional le explica al usuario una serie de recomendaciones de uso. Son muy sencillas. La práctica y el sentido común son la clave para evitar que surjan problemas.

Al ser aparatos electrónicos, una de las recomendaciones que se hacen es evitar el calor. Algunos de los componentes de los audífonos pueden sufrir o deformarse si se les expone a una fuente de calor.

Dejar los aparatos sobre calefacciones o cerca de aparatos que generan calor como un horno, está totalmente desaconsejado.

Otro de los lugares especialmente peligroso para los audífonos es el coche. Aunque puede ocurrir en cualquier época del año, es en verano cuando el interior de los vehículos puede alcanzar fácilmente temperaturas superiores a los 40 grados. Especialmente si lo dejamos aparcado en la calle, bajo el sol y sin ningún tipo de protección o sombra.

Olvidar el audífono en su interior, o dejarlo dentro del coche mientras se realiza alguna gestión, es una mala idea.

No piense que su audífono estará mejor protegido en la guantera de su vehículo que en su bolso.

Otras precauciones

Proteger el audífono, como decimos, no es difícil. Eso sí, debe seguir las recomendaciones de su audioprotesista.

Como acabamos de ver, hay que evitar exponerlo a fuentes de calor. Tanto en verano como en cualquier época del año.

También hay que tener precaución con el agua. Si un aparato electrónico se moja o se cae al agua, lo más seguro es que se estropee.

Atención a los productos químicos. No utilice detergentes, disolventes ni alcohol para limpiar sus audífonos. Hágalo con un paño seco y suave, asegurándose de que sus manos están limpias. También existen herramientas específicas para limpiar los audífonos que puede utilizar.

Por último, pero no menos importante, tenga cuidado con los golpes. Precaución al manejar el audífono para no golpearlo y por supuesto, para evitar caídas.