Es habitual, al menos en nuestro país, decir que alguien se está acordando mal de nosotros si nos pita el oído izquierdo. Por el contrario, si es el derecho el que nos pita, se supone que quien está hablando de nosotros, lo está haciendo de manera agradable. No sabemos de dónde vendrá esa antigua costumbre, pero sí sabemos que esas afirmaciones no tienen ninguna justificación científica.

Sin embargo, sí es cierto que algunas personas sufren en sus oídos pitidos o zumbidos, sin que existan fuentes emisoras de donde procedan dichos sonidos. Cuando esto sucede, la persona sufre acúfenos o tinnitus.

Las causas que provocan el tinnitus pueden ser muy variadas pero, no se sabe a ciencia cierta, qué lo desencadena. En ocasiones éste desaparece de la misma manera repentina en que aparece, pero en otras ocasiones el padecimiento se vuelve crónico.

Todavía hoy no hay una solución definitiva cuando esto sucede, aunque se pueden utilizar métodos para hacer más llevadera la situación. Hablamos de ello en otro artículo de este mismo blog.

El tinnitus: la respuesta del cuerpo

Hace unos días hemos conocido los resultados de una investigación llevada a cabo por investigadores de la Universidad de Georgetown (Estados Unidos), que trataba de responder al misterio de los mecanismos que desencadenan el tinnitus.

Según sus conclusiones, las dificultades de quienes sufren tanto tinnitus como dolor crónico comienzan como una respuesta a una herida. Indican que esa respuesta sólo continúa cuando el cerebro no puede procesar adecuadamente el dolor o el ruido. Sería, por así decirlo, como un interruptor con un corto circuito.

Los investigadores estudiaron la cantidad de materia gris en el cerebro y llegaron a la conclusión de  que la perdida de dicha materia en áreas particulares contribuía tanto al tinnitus como al dolor crónico. El proceso es afectado por los niveles de dopamina y serotonina, que son conocidos por estar relacionados con el nivel de energía, estado de ánimo y depresión.

En definitiva; las sensaciones relacionadas con el dolor crónico y el zumbido en los oídos están llegando al cerebro a través de la misma puerta ‘neural’.

Los hallazgos, publicados en el diario Trends in Cognitive Science, señalan que el daño en la áreas cerebrales pueden afectar el flujo de información en el cerebro y crear un circuito que se autoperpetúa.

Este hallazgo puede ser de gran importancia para tratar de desarrollar un tratamiento definitivo para el tinnitus.