A partir de la próxima semana, si la situación lo permite, los niños de toda España volverán a las aulas. Tras las experiencias de formación virtual, llevadas a cabo a través de distintas plataformas online, que se utilizaron durante el pasado curso escolar, la comunidad educativa ha apostado por las clases presenciales.

Para evitar los contagios por COVID o minimizarlos en la medida de lo posible, los centros educativos han establecido una serie de medidas entre las que destaca como prioritaria el uso de la mascarilla.

Tanto los alumnos como los profesores deberán utilizar mascarilla para cubrir su nariz y boca durante gran parte de la jornada escolar. Una medida de protección que, a pesar de los beneficios sanitarios evidentes que conlleva, va a suponer un gran problema para los alumnos con discapacidad auditiva.

Alumnos con Problemas de Audición

Desde que comenzamos a utilizar de forma generalizada las mascarillas, tanto personas a título individual como distintas asociaciones y federaciones de personas sordas o con discapacidad auditiva han dado la voz de alarma ante los problemas de comunicación que el uso de las mascarillas genera entre el colectivo.

Y es que, en muchas ocasiones la comprensión de los mensajes pasa por la lectura de los labios. Sin embargo, las mascarillas impiden que se puedan ver. Para tratar de solventar este problema se han elaborado mascarillas que incorporan un plástico que permite que se vean los labios. Sin embargo, a día de hoy no están homologadas (recientemente se ha elevado una petición a través de la plataforma Change.org al Ministro de Sanidad para que homologue este tipo de mascarillas y se fomente su uso).

El uso de pantallas (tanto las fijas que se colocan en las mesas como las que se ajustan a la cabeza y se sitúan delante de la cara) también puede ser una opción para que el alumno pueda ver los labios del profesor y su expresión mientras explica.

Los alumnos con hipoacusia suelen utilizar audífonos o implantes cocleares para mejorar su audición. Además, en algunas aulas, se instalan sistemas de FM que mejoran la calidad de los sonidos que llegan a los receptores de los niños, facilitando su audición y comprensión.

Sin embargo, hay niños que tienen problemas de audición no diagnosticados. En ocasiones estos problemas son temporales y se pueden resolver fácilmente. Pueden estar motivados por un tapón de cera o la inflamación del oído como consecuencia de una otitis. Lamentablemente, en otras ocasiones los problemas no desaparecen y pueden afectar tanto a la comprensión como al desarrollo del lenguaje.

Evitar el Fracaso Escolar

La falta de atención suele ser la causa de un gran porcentaje del fracaso escolar. En ocasiones, esa falta de atención está motivada por problemas de audición. Cuando el alumno no logra escuchar todas las palabras de una frase, cuando el volumen al que oye los sonidos es muy bajo o cuando escucha ruidos, debe hacer un gran esfuerzo para poder comprender lo que escucha. Un esfuerzo que provoca problemas de concentración y un peor rendimiento.

Las revisiones auditivas periódicas son muy recomendables siempre, pero especialmente al inicio del curso escolar. Las revisiones auditivas son rápidas e indoloras y son la mejor manera de descartar cualquier problema de audición en los niños.