Aunque la palabra socioacusia no está registrada en el diccionario de la Real Academia, es un término que se utiliza para referirse al ruido al que están expuestos, de manera habitual, los habitantes de las ciudades. El ruido del tráfico es el más habitual aunque hay otros sonidos que, por el volumen al que se desarrollan, también se consideran ruidos.

La contaminación acústica o contaminación sonora, es el exceso de sonido que altera las condiciones normales del ambiente en una determinada zona. Puede causar grandes daños en la calidad de vida de las personas. Se estima que un tercio de la población mundial y el 75% de los habitantes de ciudades industrializadas padecen algún grado de sordera o pérdida auditiva causada por exposición a sonidos de alta intensidad.

Sin embargo, el ruido no sólo provoca pérdida auditiva. El cuerpo humano no está “diseñado” para soportar ruido. Hay estudios que confirman que, si nos exponemos a demasiado ruido durante demasiado tiempo, el cuerpo reacciona para defenderse de lo que considera una agresión. Una consecuencia directa e inmediata es el aumento del ritmo cardiaco.

 Adaptación al ruido

Son muchas las personas que viven cerca de fuentes de ruido; autopistas, aeropuertos, estaciones de tren, paradas de autobuses…Están expuestas a sonidos que pueden ser superiores a los 70 decibelios; el límite máximo aconsejable de ruido según la Organización Mundial de la Salud (OMS). Sin embargo, siguen viviendo en estos lugares y aparentemente se “acostumbran” a esta exposición al ruido.

Sin embargo esto no es así. Puede existir una adaptación a nivel intelectual, pero no a nivel orgánico. El cuerpo, como medida de autoprotección, asume el sonido para dejar de oírlo, del mismo modo que los ojos anulan la referencia visual de la nariz. El cuerpo deja así de percibir el ruido a nivel consciente, pero sigue haciéndolo inconscientemente.

La consecuencia de ello es el estrés, cansancio, irritabilidad o bajo rendimiento. Si las personas también están expuestas al ruido por la noche, las consecuencias son peores ya que no descansar bien, es perjudicial para la salud. A la larga, esta situación puede provocar dolores de cabeza, problemas digestivos o problemas cardiovasculares.

Protegerse del ruido

Si el ruido afecta a nuestra salud, se hace imprescindible protegerse del mismo. Lo más aconsejable es huir de los lugares ruidosos. Aislar acústicamente las viviendas o buscar momentos de silencio a lo largo del día son dos medidas muy recomendables. También es aconsejable proteger nuestros oídos de manera activa utilizando tapones. Los tapones a medida son muy cómodos y discretos. Se pueden utilizar en momentos puntuales o en lugares concretos.

Proteger nuestra salud auditiva es fundamental para evitar la pérdida auditiva. No podemos dejar de recordar que, una vez que se pierde audición, ésta no se recupera.