Mantener nuestros oídos limpios es sinónimo de prevención y salud. En ocasiones, hay cuestiones relativas a la higiene del oído que, por pudor o desconocimiento, no nos atrevemos a preguntar y continuamos haciendo lo que siempre hemos visto hacer a nuestras madres sin saber si actuamos de manera correcta o estamos, sin quererlo, perjudicándonos a nosotros mismos o a los que tenemos más cerca.

Lo cierto es que una limpieza deficiente de la zona puede redundar fácilmente en lesiones y afecciones nada agradables.

 

El cerumen nos protege

La cera que se forma en los oídos tiene una razón de ser; la de ejercer como protección natural de la zona. Gracias a ella el oído interno permanece a salvo de polvo y partículas dañinas. El propio organismo se encarga de desplazar el exceso de cera hacia la zona externa del oído, donde la eliminamos lavándola.

Hay personas producen más cera de la necesaria. Esto puede derivar en la generación de tapones. Pero según los expertos de la Sociedad Española de Otorrinolaringología, son más los casos de tapones producidos por una higiene incorrecta que por una obstrucción severa producida por causas naturales.

Para la mayoría de nosotros la higiene del oído pasa por el uso de bastoncillos de algodón. Sin embargo, hoy se sabe que abusar de ellos puede derivar en lesiones y en un aumento de las posibilidades de la formación de tapones de cera por desplazamiento y presión. Según los facultativos, la fórmula ideal para mantener la salud de la zona es dejar que los oídos se mojen durante la ducha diaria. Después, secar la zona externa con una toalla. ¡Así de sencillo!

En general no son necesarias las ayudas extra, como el uso de irrigadores de agua salada o suero fisiológico. Sin embargo puede ser recomendable consultarlo con el especialista especialmente en cuanto respecta al cuidado de bebés y mayores, los colectivos más afectados por afecciones como la otitis o infección del oído medio.

En cualquier caso, si ya se ha formado un tapón, los métodos de extracción son cada vez más cómodos y seguros. Eso sí,  vigile la evolución del oído. Es conveniente acudir a los profesionales para realizar revisiones periódicas del oído.

¿Cómo te limpias los oídos? ¿Quieres hacer alguna recomendación o  advertencia en este sentido? Estaremos encantados de que la compartas con nosotros.