No descubrimos nada nuevo si decimos que el ruido es perjudicial para la salud. A lo largo de estos casi dos años de andadura de blog, hemos repasado en varios artículos por qué el ruido es peligroso tanto para nuestra salud auditiva como para nuestra salud en general.

Pero no está de más, incidir en ello. Seguramente todavía habrá personas que no le den demasiada importancia a los ruidos que existen a su alrededor.

Los estudios lo demuestran. Si exponemos a nuestro cuerpo al ruido un tiempo prolongado, éste reacciona como si estuviera ante una agresión. El cuerpo se pone en alerta y comienza a generar hormonas de estrés. Estas hormonas elevan el ritmo cardiaco y desarrollan una mayor cantidad de glucosa en la sangre. Se prepara para lo que considera un ataque inminente.

Algunas investigaciones han concluido que existe un nexo entre la exposición constante al ruido y la hipertensión o una alta presión anormal de la sangre, la ansiedad y el estrés.

Una de las maneras de huir del ruido es utilizando tapones para los oídos. En determinadas ocasiones o lugares, son imprescindibles para proteger tu audición y tu descanso.

Nuestro cuerpo necesita momentos de silencio.

Los beneficios del silencio

El ruido puede provocarnos estrés, irritación, mal humor y agresividad. Si el ruido se produce de noche, incluso puede afectar al descanso con la consiguiente sensación de cansancio al día siguiente, reducción de la atención y dificultad para el aprendizaje.

El silencio nos ayuda a contrarrestar los efectos del ruido. Para ayudar al cuerpo a descansar hay que buscar momentos de silencio.

El silencio reduce el estrés. Aunque algunas personas aseguran relajarse con música clásica u otro tipo de música, está comprobado que la mejor manera de relajarse es evitando el sonido. En este sentido, un estudio puso de manifiesto que las pausas entre canción y canción producían unos niveles de relajación muy superiores a los que se conseguían con la música.

El silencio reduce el riesgo de padecer problemas de corazón. Como consecuencia de la reducción de estrés, el corazón mantiene sus latidos de manera natural.

El silencio aumenta la capacidad de aprendizaje. Los niños que están expuestos al ruido tienen más dificultad para adquirir capacidades lingüísticas y de lectura que los que no lo están. El silencio aumenta la capacidad de atención.

El silencio favorece el nacimiento de neuronas. Según un estudio, la exposición al silencio durante dos horas al día, estimula la creación de nuevas neuronas en la parte del cerebro implicada en la memoria y el aprendizaje.

El silencio mejora el sistema inmunológico por lo que el cuerpo está mejor preparado para hacer frente a ataques externos de virus y bacterias.

Así que, tras conocer todos estos beneficios, desde Audiocentro, sólo podemos recomendarte que busques unos minutos al día y te sumerjas en el silencio.