Este martes 2 de abril, se ha celebrado el Día mundial de Concienciación sobre el Autismo. Se trata de una condición de origen neurobiológico que afecta a la configuración del sistema nervioso y al funcionamiento del cerebro. Las personas autistas tienen problemas en la comunicación y en la interacción con otras personas. Además, el autismo también afecta a la flexibilidad de pensamiento y al comportamiento. Generalmente, las personas autistas son muy sensibles al ruido. Hoy vamos a ver en qué consiste la hipersensibilidad auditiva en el autismo.

Hipersensibilidad Auditiva en el Autismo

En nuestro país se estima que hay más de 450.000 personas con trastorno del espectro autista (TEA). Se habla de espectro porque la variabilidad es muy grande y se manifiesta de manera distinta en las personas. No obstante en la mayoría de ellas (se estima que un 90%) es común una hipersensibilidad en general de los estímulos sensoriales del entorno, y una hipersensibilidad auditiva en particular.

Esta hipersensibilidad puede afectar a todos los sentidos; vista, gusto, olfato, oído y equilibrio. Es normal que le provoque malestar o incluso dolor y que trate de evitar el origen de los estímulos. En los lugares en los que se produce un exceso de estímulos como por ejemplo cambios en la iluminación o sonidos elevados (parques de atracciones, fiestas de cumpleaños…) pueden suponer un reto para las personas con TEA.

La hipersensibilidad auditiva o hiperacusia es la sensibilidad extrema a sonidos del entorno. Unos sonidos que no tienen que ser muy elevados para afectar a las personas autistas. Incluso aquellos que pasarían desapercibidos para cualquier persona, puede provocar miedo, dolor o angustia en las personas con TEA.

Si la hiperacusia es severa, se puede desarrollar fonofobia (terror a los sonidos) o misofonía (odio al sonido) que genera una respuesta desproporcionada del sistema nervioso ante determinados sonidos.

Tratamiento de la Hiperacusia

Aunque todavía no se conoce el porqué de la hiperacusia en las personas autistas, sí se barajan diferentes causas. Una mayor sensibilidad neurológica, daños en el sistema auditivo, trastornos neurológicos, factores genéticos, exposición a ruidos intensos o estrés y ansiedad.

El diagnóstico de la hipersensibilidad auditiva debe ser realizado por profesionales de la salud especializados en audiología y trastornos sensoriales.

Hay que conocer el grado de hiperacusia que padece la persona antes de determinar la posibilidad de utilizar un tratamiento de terapia sonora que reeduque el nervio auditivo para que se acostumbre a los sonidos cotidianos.

Al margen del tratamiento que se aplique, es importante que la sociedad sea consciente (para eso se celebra el Día mundial de concienciación del autismo) de que son muchas las personas que sufren con los ruidos elevados. Para ayudarles en la medida de lo posible hay que tratar de evitar el exceso de ruido cuando puede afectar al entorno como, por ejemplo, la utilización de petardos en la calle.