La población mayor sorda de España está compuesta mayoritariamente por personas con sordera sobrevenida, con pérdidas de audición paulatinas a causa de la edad, o enfermedades tardías. Pero junto a éstas,  hay un colectivo singular de personas sordas de nacimiento o por enfermedad en edades tempranas.

Tienen en común la sordera, pero su actitud frente a ella, es diferente.

Esta es una de las principales conclusiones del estudio sobre Autonomía y Participación de la población española sorda, realizada por la Confederación Estatal de Personas Sordas (CNSE), y publicada gracias a la Fundación Vodafone.

Se trata, según indica la propia Confederación indica, del primer estudio en nuestro país que aborda la situación de las personas sordas en España.

 

Sordera por causas sobrevenidas o por nacimiento

Las personas sordas sobrevenidas, muestran en su mayoría pequeñas o medianas capacidades auditivas, un escaso perfil asociativo y una mayor dependencia de su entorno. En su mayoría no usan la lengua de signos y tienden a usar como herramientas de apoyo fundamentalmente la teleasistencia y el teléfono móvil (aunque queda mucho camino por andar en cuanto al uso de aplicaciones especializadas).

El uso del teléfono móvil se hace fundamentalmente a través de llamadas convencionales con el volumen muy elevado, aprovechando la capacidad de vibración del dispositivo para la detección de llamadas o mensajes entrantes.

Por su parte, las personas mayores sordas de nacimiento o por enfermedad temprana, en su mayoría experimentan pérdida de audición profunda o total, tienen un elevado perfil asociativo, gracias al cual desarrollan un alto grado de auto-aceptación, autonomía y utilizan de forma mayoritaria la lengua de signos.

Este perfil no dispone de tele-asistencia accesible y sí utiliza el teléfono móvil y ordenador, con una presencia creciente de aplicaciones adaptadas, apoyándose sobre todo en la capacidad de estos dispositivos en las conversaciones escritas y en mucha menor medida de la videoconferencia.

El estudio muestra especialmente la necesidad de extender el papel de las asociaciones, en beneficio de las personas mayores con pérdidas auditivas sobrevenidas, apoyados en la difusión e impulso de las soluciones tecnológicas de comunicación, especialmente a través del móvil y la tele-asistencia adaptada según necesidades, potenciando el acceso de este colectivos a actividades que mejoren su autonomía y aminoren su situación de aislamiento.

Por este motivo, la Confederación Estatal de Personas Sordas, estima necesaria la creación de un grupo de trabajo coordinado por el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad que sirva para elaborar e impulsar una Estrategia Nacional al efecto, señalando medidas dentro del IMSERSO, de la Dirección General de Salud Pública y de las mismas Comunidades Autónomas.