Uno de los principales motivos de la pérdida de audición es la exposición a un volumen excesivo. En ocasiones, la exposición es voluntaria y está directamente relacionada con las actividades de ocio; asistir a pubs, discotecas, conciertos o escuchar música a través de los auriculares, son las más frecuentes.

En otras ocasiones la exposición al ruido tiene que ver con el entorno laboral. En este sentido, al hablar de entornos laborales ruidosos, solemos pensar en puestos de trabajo en industrias con grandes cadenas de producción donde la actividad de las máquinas eleva el sonido por encima de los 85 decibelios (dB).

Cabe recordar que la Organización Mundial de la Salud fija en 85 decibelios el límite a partir del cual el sonido es perjudicial para los oídos. Por encima de este límite, dependiendo del tiempo de exposición y de la cantidad de decibelios al que nos expongamos, podemos desarrollar algún problema auditivo, como tinnitus, o terminar perdiendo audición.

Profesiones de Riesgo

Un estudio publicado hace tiempo por el diario médico medicaldaily, exponía qué profesiones conllevaban un mayor riesgo de pérdida auditiva. Por detrás de los carpinteros, conductores de ambulancia, policías y bomberos, pilotos de Fórmula 1, músicos y trabajadores de bares y discotecas, podíamos encontrar también a los profesores de guardería.

La exposición de los profesores de guardería, durante toda la jornada, a los llantos y gritos de los bebés, puede provocar el desarrollo de problemas de audición.

Un estudio realizado en las guarderías de Noruega concluye que la actividad que se desarrolla en estos lugares puede provocar estrés, dolores de cabeza, pitidos en los oídos y, en el peor de los casos, pérdida de audición. Otro estudio, en este caso el llevado a cabo por el Instituto Nacional para la Seguridad y Salud Ocupacional de Estados Unidos, publicado hace unos días, concluye que en los servicios de guardería infantil el 52% de los profesionales presenta riesgo de sufrir pérdida de audición.

Decibelios y niños

El ruido puede afectar también a los niños. Éstos se pueden mostrar irascibles, desconcentrados y estresados.

Hay estudios que demuestran que la sobreexposición al ruido, especialmente el del tráfico, provoca en los pequeños problemas en el aprendizaje y retraso en el aprendizaje de la lectura.

Es importante mantener al niño alejado de fuentes de sonido intensas o duraderas. También es fundamental conseguir que se den las condiciones óptimas para que pueda descansar por la noche, manteniendo al pequeño alejado de lugares ruidosos.