El viento y el frío del invierno pueden provocar  dolor de oídos. Cuanto más tiempo nos expongamos a estos elementos, más probabilidades tendremos de sentir dolor en esta zona del cuerpo. Por eso hay que tener una especial precaución en lugares donde las condiciones meteorológicas son menos favorables.

Los oídos no tienen la posibilidad de cerrarse de manera autónoma. Eso significa que siempre se encuentran abiertos al exterior. Por eso debemos mantener una actitud activa de protección de nuestros oídos; protección frente al ruido y protección frente a la climatología.

Cuando hace frío es conveniente taparse los oídos. Tanto un gorro como una bufanda pueden ser muy útiles para mantener el calor corporal y evitar que el aire frío penetre en el oído. La entrada de frío en los oídos provoca que la temperatura de esta zona del cuerpo descienda. El aire también puede transportar virus y depositarlos en el interior del oído, provocando que este se inflame y, como consecuencia, se produzca un intenso dolor de oídos.

Además de los oídos, las bufandas cubren  la boca y la nariz de la entrada de aire frío, protegiendo toda la zona interconectada; fosas nasales, garganta y oídos.

Por otro lado, es importante evitar los cambios bruscos de temperatura para mantener en buen estado los oídos. Se recomienda evitar mantener una temperatura elevada en el interior de los hogares o lugares de trabajo para no sufrir grandes contrastes al salir a la calle.

Aire y dolor de oídos

Las personas que practican deporte al aire libre deben prestar un especial cuidado a sus oídos. En invierno son muchas las personas que se desplazan a las montañas para disfrutar de deportes relacionados con la nieve. Ellos saben lo importante que es ir convenientemente equipados. El cuerpo humano no está diseñado para soportar bajas temperaturas durante mucho tiempo. Por eso, hay que ayudarle a mantener la temperatura corporal y a protegerse de agresiones procedentes de agentes naturales como el frío, el sol o la nieve.

Pero no sólo en la montaña. Hay personas que practican deporte al aire libre, incluso en invierno. Desafortunadamente, un pequeño porcentaje de la población siente un fuerte dolor de oídos cuando se expone al frío. Esto se debe a que sus oídos tienen más vasos sanguíneos y, con el frío, se contraen, provocando un dolor punzante.

De nuevo, proteger los oídos con pasamontañas, gorros u orejeras, puede ser la solución para estas personas.

Si, a pesar de las prevenciones indicadas, comenzamos a sentir dolor en los oídos y éste persiste, lo más indicado es acudir al especialista para que sea quien valore la situación y tome las medidas oportunas para tratar el problema.