La pérdida de audición es inevitable y con los años se hace evidente. Sin embargo, cada vez hay más personas jóvenes con pérdida auditiva. El estilo de vida y la exposición a ruidos elevados provocan que el oído envejezca de manera prematura, perdiendo la capacidad de percibir todos los sonidos de manera nítida.

El problema es que, una vez perdida la audición, ésta ya no se recupera. Por eso, los especialistas son contundentes al recomendar prevención. Mantener una buena salud auditiva es imprescindible para mantener una audición en buen estado a largo plazo.

La protección de los oídos pasa por evitar la exposición a ruidos de gran intensidad o duración. En este sentido, las procesiones de Semana Santa pueden suponer un riesgo para los oídos, no sólo de las personas que las contemplan, sino también y en gran medida, de las que participan en las mismas.

Protégete en las procesiones

En nuestro país son miles las personas que participan en las procesiones de Semana Santa.

Las bandas de música, los tambores y las cornetas son un acompañamiento indispensable durante las procesiones. En ocasiones, se convierten en los verdaderos protagonistas.

Hombres y mujeres de todas las edades tocan los tambores durante horas “en señal de duelo o dolor ante la muerte de Jesucristo”.

En algunas procesiones en las que las personas que tocan los tambores se cuentan por miles, se han llegado a medir 120 decibelios.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) el oído humano puede tolerar 55 decibelios sin ningún daño a su salud. Y dependiendo del tiempo de exposición, ruidos mayores a los 60 decibelios pueden provocarnos malestares físicos.

Las tamborradas pueden causar pérdida de audición

Exponerse a ruidos muy elevados, máxime si se prolongan en el tiempo, puede causar daños en los oídos. Los ruidos pueden dañar las estructuras delicadas del oído interno provocando pérdida de audición irreversible.

La pérdida de audición inducida por el ruido es muy común. De hecho está demostrado que tocar en una banda es una de las actividades que puede suponer un  riesgo de desarrollar pérdida de audición.

La exposición al ruido fuerte también puede causar acúfenos. Se trata de una dolencia en la que la persona escucha ruidos como golpes, pitidos o chirridos, de manera contínua y sin que exista una procedencia externa. Aunque los acúfenos pueden desaparecer a los pocos días, también pueden convertirse en permanentes.  Las investigaciones recientes sugieren  además que, a largo plazo, puede haber daño residual de la audición.

Las personas que participan en estos actos, soportando el ruido durante horas, deben proteger sus oídos. El uso de tapones antirruido se hace indispensable.

En Audiocentro disponemos de tapones a medida que se adaptan totalmente al conducto auditivo de cada individuo logrando una mayor protección de los oídos, así como un mayor confort, imprescindible para llevar puestos tapones durante horas.