El Defensor del Pueblo recibió el pasado año más de 450 quejas relativas al ámbito medioambiental que, sin representar problemas graves, sí se consideran importantes. Muchas de ellas estaban motivadas por los ruidos y molestias que generan los locales de ocio nocturno.

La Defensora del Pueblo, Soledad Becerril, recomendaba ejercer acciones para limitar y controlar la exposición al ruido ambiental, por sus implicaciones sobre la calidad de vida, la conservación del entorno y la propia salud.

Las denuncias son una muestra de que las Administraciones deberían atender con mayor eficacia los problemas que afectan a la vida cotidiana de los ciudadanos en su descanso e incluso, su salud. Especialmente numerosas son las quejas por molestias generadas por el ruido ambiental urbano.

Becerril recordaba que la Organización Mundial de la Salud, en su guía sobre el ruido urbano, se refiere a los efectos del ruido en las viviendas, tales como trastorno de sueño, molestias e interferencia en la conversación y las consecuencias a largo plazo en la salud.

El ruido urbano

El ruido urbano (también denominado ruido ambiental, ruido residencial o ruido doméstico) se define como el ruido emitido por todas las fuentes a excepción de las áreas industriales. Las fuentes principales del ruido urbano son el tránsito automotor, ferroviario y aéreo, la construcción y obras públicas y el vecindario.

Las principales fuentes de ruido en interiores son los sistemas de ventilación, máquinas de oficina, artefactos domésticos y vecinos. El ruido característico del vecindario proviene de locales como restaurantes, cafeterías, discotecas, música, competiciones deportivas, áreas de juegos, estacionamientos y animales domésticos (el ladrido de los perros).

Muchos países han reglamentado el ruido urbano del tránsito de aviones y autos, maquinaria de construcción y plantas industriales a través de normas de emisión y reglamentos para las propiedades acústicas de los edificios. Pero pocos países tienen reglamentos para el ruido urbano del vecindario, probablemente debido a la falta de métodos para definirlo y medirlo y la dificultad de controlarlo.

Efectos sobre la salud

En las grandes ciudades de todo el mundo, la población está cada vez más expuesta al ruido urbano y sus efectos sobre la salud se consideran un problema cada vez más importante. Desde 1980, la Organización Mundial de la Salud ha abordado el problema del ruido urbano.

Las consecuencias de la contaminación acústica para la salud pueden ser deficiencias auditivas causadas por el ruido, interferencias en la comunicación oral, trastornos del sueño y reposo, efectos psicofisiológicos, sobre la salud mental y el rendimiento, efectos sobre el comportamiento, e interferencia en actividades.