El Peligro de los Golpes en la Cabeza para la Audición
Los golpes en la cabeza pueden afectar a la audición. Después de un golpe fuerte, pueden desencadenarse problemas como hipoacusia, vértigo o sordera.
Golpearse la cabeza como consecuencia de una caída, un accidente de tráfico o durante la realización de una actividad deportiva, puede ocasionar una fractura del hueso temporal y lesionar diferentes estructuras del oído.
El hueso temporal es uno de los huesos del cráneo que alberga parte del conducto auditivo, el oído medio y el oído interno. Su rotura puede afectar al tímpano, a los huesos del oído, a la cóclea o al aparato vestibular, que es el que controla el equilibrio en el oído interno.
Los golpes directos en la zona de los oídos afectan al interior del oído ya que, la presión que se produce se transmite al interior pudiendo provocar, entre otras cosas, la rotura de la membrana timpánica. En ocasiones, también los huesecillos del oído se ven afectados por los golpes que, debido a su fragilidad, pueden llegar a romperse.
Los síntomas de que existe un daño en el oído, además del dolor, pueden ser la aparición de vértigos, problemas de equilibrio, pérdida de audición, aparición de acúfenos o secreción de alguna sustancia.
Causas de la pérdida de audición
Si se ha producido un derrame interno, aunque sea pequeño, éste puede cerrar el conducto auditivo en el interior del oído lo que provocaría una sensación de taponamiento y de problemas para oír con facilidad.
Sufrir una perforación del tímpano, la membrana que separa el conducto auditivo del oído medio, también puede causar la pérdida de audición. La rotura de los huesecillos del oído puede provocar pérdida auditiva.
También si la cóclea está dañada, o lo está el nervio que conduce a la cóclea, puede desencadenarse una pérdida auditiva.
Soluciones
La rotura del tímpano provoca dolor en un primer momento aunque éste suele desaparecer al poco tiempo y la membrana se cierra sola. Hasta que esto sucede es importante tener cuidado para que los oídos no se infecten. Durante los primeros días es conveniente evitar que entre agua en los oídos. Si, pasados unos meses el tímpano no se cierra por sí mismo, es necesario realizar una operación para restaurarlo.
La rotura de los huesecillos también puede ser reparada mediante una operación quirúrgica. Sin embargo, cuando el problema es de la cóclea o el nervio auditivo, la pérdida auditiva se convierte en permanente. Para devolver la audición a personas con la cóclea dañada, existen los implantes cocleares.