Oír, una actividad aparentemente sencilla, es sin embargo algo sumamente complejo para nuestro organismo. Complejo y rápido ya que, todos los pasos que el aparato auditivo realiza para que el cerebro interprete la información que le llega, se realizan en cuestión de milésimas de segundo. Gracias a la rapidez con la que funciona el oído, nuestro cuerpo conoce en todo momento lo que pasa a nuestro alrededor y, también muy importante, ¡puede mantener el equilibrio!

El oído es un conjunto de órganos cuyas funciones principales son dotar de equilibrio y audición al cuerpo de los humanos o animales.

Partes del oído

El oído se divide en tres partes: oído externo, oído medio y oído interno.

Oído externo: Es la primera parte anatómica del oído y está compuesto por un pabellón auricular y un conducto auditivo externo. En la piel del conducto se localizan glándulas ceruminosas que son las responsables de la producción de cerumen cuya función es proteger la cavidad de la entrada de objetos extraños como el polvo, agentes bacterianos y virus.

Oído medio: Es en esta parte donde se encuentran cuatro pequeños huesecillos, el yunque, el estribo, el martillo y el lenticular. El estribo es el hueso más pequeño del cuerpo humano.  Su función es la transformación de las ondas sonoras que llegan desde el oído externo en ondas sónicas que viajen por medio del líquido perilinfático del oído interno.

Oído interno: También se denomina laberinto y se divide a su vez en labyrinthus osseus (óseo) y labyrinthus captivus (membranoso). En el labyrinthus osseus los conductillos semicirculares pertenecen al órgano propio del equilibrio, mientras que la coclearis o caracola pertenece al órgano de la audición.

La cóclea, también conocida como caracol debido a su forma, posee una serie de células sensibles, las células ciliadas. Éstas tienen la función de transformar señales acústicas físicas a señales acústicas mecánicas y de estas a señales electroquímicas dirigidas al cerebro.

¿Cómo funciona el oído?

El oído es un órgano muy complejo y transforma todos los sonidos que nos rodean en información. Cuando se produce un sonido, el aire vibra y crea una onda sonora. Las vibraciones lentas producen sonidos graves mientras que las vibraciones rápidas producen sonidos agudos.

La onda sonora entra al oído por el canal auditivo y llega al tímpano. Esta membrana comienza a vibrar y hace que se muevan los huesecillos del oído medio, encargados, a su vez, de hacer llegar esos pequeños movimientos al oído interno.

Dentro del oído interno, la cóclea juega una función primordial. En la cóclea se encuentran las células celiadas cuya función es enviar pequeños impulsos eléctricos, a través del nervio auditivo, hasta el cerebro.

Finalmente, el cerebro se encarga de interpretar esos impulsos eléctricos y convertirlos en información. De esta manera, podemos entender palabras, conversaciones o disfrutar de una buena canción.

Todo este proceso es tan rápido que escuchamos e interpretamos los sonidos de manera instantánea y continua.

Y después de este rápido repaso para conocer mejor el oído y su funcionamiento, ¿no crees que debemos cuidar nuestros oídos de la mejor manera posible?

Protege tus oídos y revisa su funcionamiento de manera periódica acudiendo a tu centro auditivo más cercano. Es la mejor manera de que todo siga funcionando tan bien como siempre y de atajar cualquier problema.


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