Esta etapa de desescalada que estamos atravesando en nuestro país es un buen momento para tomar conciencia de los aspectos positivos que ha tenido el confinamiento, al que hemos estado sometidos durante varias semanas.  En este sentido, los beneficios para los oídos, debido a la reducción de la actividad humana, han sido evidentes en muchos lugares y para muchas personas.

Reducción del Ruido

En especial, los habitantes de las grandes ciudades, han podido disfrutar en este tiempo de una reducción notable del tráfico. El ruido que provocan los motores de los vehículos supone un 80% de la contaminación acústica, por no hablar de la contaminación medioambiental. También se ha reducido, y en la mayoría de los casos prácticamente se ha eliminado, la producción industrial. El ruido que generan las actividades industriales supone un 10% del total de la contaminación acústica.

A ello hay que sumarle (o restarle en este caso) el ruido producido por las actividades recreativas. Se estima que estas actividades derivadas del ocio aportan un 4% a la contaminación acústica.

Durante unas semanas la ausencia de ruido, inquietante en un principio, ha supuesto un alivio para la salud, tanto física como emocional, de muchas personas.

Salud y Ruido

La primera consecuencia del ruido es la pérdida auditiva. La exposición al ruido es acumulativa. Esto significa, por poner un ejemplo, que los decibelios que provoca el tráfico se suman a los decibelios de los ruidos de los bares y los que proceden de los auriculares, si los utilizamos. La acumulación de decibelios puede dañar la salud auditiva provocando la pérdida auditiva.

Pero la pérdida auditiva no es la única consecuencia del ruido. Según estudios elaborados por la Comisión Europea, el ruido provoca estrés, nerviosismo e irritabilidad. Los residentes cuyas viviendas se encuentran en zonas de bares o pubs, se ven obligados a reforzar el aislamiento de muros y ventanas para poder descansar por la noche. Estar expuesto a una situación continua de ruido nocturno provoca que los niveles de estrés se disparen. Un nivel de alerta continuo puede provocar problemas cardiovasculares, digestivos e incluso, psicológicos.

De hecho, cada vez son más las denuncias de vecinos por este motivo.

Así que, a pesar de que el estado de confinamiento del que ya empezamos a salir, ha sido estresante para una parte de la  población, para otra ha supuesto un verdadero descanso para los oídos y ha contribuido a que hayan podido disfrutar de una mejor salud en general y auditiva en particular.