El dolor de oídos puede estar provocado por distintos factores. El más común es la infección del oído, otitis, que se produce como consecuencia de algún resfriado, de la humedad en el conducto auditivo o incluso de la sequedad en el conducto debido al aire acondicionado.

El oído también puede dolor como consecuencia de una exposición a un ruido muy elevado o a ruidos impulsivos como los que producen los petardos o disparos.

Cuando los oídos se taponan debido a cambios bruscos de presión, bien sea al viajar en avión, subir montañas elevadas o practicar submarinismo.

También los golpes en el oído pueden provocar dolor de oídos, especialmente si como consecuencia del golpe se daña el tímpano.

Un dolor de garganta también puede extenderse a la zona del oído.

Otra de las causas del dolor de oídos puede ser el bruxismo

Qué es el bruxismo

El bruxismo es el rechinar de dientes que realizan algunas personas al presionar la mandíbula, de manera inconsciente, mientras duermen. El bruxismo, que está provocado generalmente por situaciones de estrés o tensión, provoca la presión de los músculos que mueven la mandíbula haciendo que los dientes chocan y se rocen entre sí.

Como consecuencia de una situación continuada de bruxismo, se produce dolor en los músculos de la cara que suele afectar a otros músculos provocando contracturas en el cuello, y la espalda.  Los dientes se desgastan y, en ocasiones, llegan a romperse.

Además, el bruxismo puede provocar dolor de oídos. La articulación temporomandibular se encuentra situada delante de los oídos. Es la encargada, junto con los músculos, ligamentos y cartílago que la acompañan, de hacer que la mandíbula se pueda abrir y cerrar.

El bruxismo puede hacer que la mandíbula se resienta y no funcione correctamente lo que puede terminar causando incomodidad y dolor en el oído. Lo mismo ocurre si masticamos chicle continuamente.

Actuar contra el bruxismo

Para eliminar el dolor de oídos provocado por el bruxismo, hay que atajar este último. Si el estrés es la causa, habrá que acudir al médico para que indique cómo actuar y si es conveniente seguir alguna terapia de relajamiento. Por otra parte, también se puede actuar sobre el dolor con relajantes musculares y utilizando férulas de descarga. Éstas se colocan en la boca por la noche y, además de proteger los dientes, ayudan a aliviar la tensión de la mandíbula.

El dolor muscular, el dolor de cabeza y el dolor de oídos disminuyen al cabo de los días tendiendo a desaparecer.