La trompa de Eustaquio es un tubo que conecta el oído con la rinofaringe, la parte trasera de la nariz y la parte superior de la garganta. Su función consiste en proteger el tímpano manteniendo una presión constante en la cavidad. De esta manera, las vibraciones que producen los sonidos pueden viajar a través del oído medio provocando el movimiento del tímpano y posteriormente el de los pequeños huesos situados en el oído interno y que son los que, en última instancia, transmiten la información al nervio auditivo.

Cada vez que tragamos, estornudamos o bostezamos, las trompas de Eustaquio se abren brevemente para igualar la presión entre el oído medio y el oído interno. De esta manera se evita que se acumule una presión de aire en los oídos que pueda perjudicar al tímpano.

Sin embargo, en ocasiones, la trompa de Eustaquio se obstruye. Debido a constipados, sinusitis o alergias, los mocos u otras sustancias líquidas acceden al tubo y, ante la imposibilidad de salida, lo obstruyen.

La obstrucción de la trompa puede provocar su inflamación y, si no se resuelve, una infección de la zona.

Cuando la trompa de Eustaquio no puede abrirse, resulta imposible igualar la presión en el oído y eso provoca una situación molesta e incluso dolorosa. Tener el oído taponado se conoce como disfunción en la trompa de Eustaquio y provoca problemas de audición porque los sonidos llegan amortiguados y apagados.

Causas de la disfunción

Como ya hemos comentado, el taponamiento de los oídos o disfunción de la trompa de Eustaquio, suele estar provocado por constipados o sinusitis. En los niños pequeños los constipados provocan un alto porcentaje de otitis (infección del oído). Su trompa de Eustaquio, que en un adulto suele medir unos 4 centímetros de largo, es mucho más pequeña y estrecha. Por este motivo, es más fácil de obstruir. A esto se une el hecho de que los pequeños no saben cómo expulsar el moco de la nariz y, en muchas ocasiones, termina acumulándose en las trompas.

El tabaco provoca problemas en el correcto funcionamiento de los cilios, pequeños pelos encargados de expulsar el moco desde el oído medio hasta la parte posterior de la nariz. Por eso, ser fumador incrementa el riesgo de acumulación en las trompas y la consiguiente disfunción.

Las personas alérgicas también tienen más probabilidad de padecer episodios de taponamiento de oídos. Para evitarlo o minimizar el riesgo, se aconseja llevar a cabo lavados nasales habituales que mantienen la nariz limpia de mocos.

Las situaciones leves de disfunción de la trompa de Eustaquio pueden resolverse fácilmente al tragar, bostezar o mascar chicle. Para ayudar a los oídos a destaponarse, se puede llevar a cabo una maniobra sencilla que consiste intentar soltar aire por los oídos manteniendo la nariz y la boca tapadas.

Cuando esto no funciona, y siempre que el especialista así lo valora, se puede utilizar un balón para dilatar la trompa de Eustaquio. En este caso es necesaria la anestesia general del paciente. Otra solución consiste en implantar pequeños tubos en la membrana del tímpano que permiten drenar la acumulación de líquido en el oído medio.