Conocer lo antes posible si un recién nacido padece hipoacusia es fundamental para poder tomar las medidas oportunas y lograr que esta situación no afecte a la adquisición del lenguaje y al desarrollo emocional del niño. Una correcta audición es necesaria para que los niños puedan comenzar a hablar ya que los sonidos de una lengua se adquieren por repetición. Sin un programa de cribado neonatal, la identificación de los niños con problemas auditivos se retrasa a los 2 ó 3 años.

FIAPAS, la Confederación Española de Familias de Personas Sordas, acaba de editar un documento, elaborado por la Comisión para la Detección Precoz de la Sordera Infantil (CODEPEH), que actualiza el enfoque del proceso de detección de la sordera infantil.

La hipoacusia neonatal es frecuente y afecta a cinco niños de cada mil nacimientos. Supone la pérdida total o parcial de la capacidad auditiva. Si está presente en el momento del nacimiento hablamos de hipoacusia o sordera congénita. Alrededor del 50% de los casos de sordera congénita tiene causas genéticas. El otro 50% es debido a infecciones que afectan a la embarazada y al feto o a la ingesta de determinados antibióticos durante el embarazo.

Cribado neonatal

En el año 2003 se implantó en nuestro país un protocolo de actuación para estipular cómo debían actuar los profesionales sanitarios para detectar los casos de hipoacusia en neonatos. Los programas de cribado auditivo infantil se realizan en todas las comunidades autónomas. Sin embargo, tal y como pone de manifiesto FIAPAS, es necesario que se revisen cada cierto tiempo para incorporar avances tecnológicos y procedimentales más eficaces.

El documento publicado pone de relieve que el cribado se debe realizar antes de los primeros quince días de vida, el diagnóstico de los que no superen el cribado antes de los 3 meses y el inicio del tratamiento, si procede, antes de los 6 meses de edad.

El tratamiento integral, incluida la adaptación de audífonos, debe llevarse a cabo en los primeros meses de vida. De hecho, está demostrado que los niños tratados más tarde de los 6 meses, presentan retrasos en el desarrollo del habla y del lenguaje. Se desaprovecha así un período crítico de desarrollo, imprescindible para determinados aprendizajes vinculados a la audición.

La existencia de un equipo multidisciplinar coordinado y centrado en la familia, con una base de datos integrada, son clave para el éxito de los programas de cribado, diagnóstico y tratamiento de la hipoacusia infantil.

Pérdidas en el proceso

Según la CODEPEH existe un alarmante porcentaje de niños que sin haber superado las pruebas de cribado iniciales, no realizan las siguientes pruebas o revisiones. Las causas son parentales y socio-económicas.

Este porcentaje de casos perdidos en el proceso puede hacer fracasar el programa de cribado. En este punto, las asociaciones de familias pueden ser un punto de apoyo a lo largo de todo el proceso de diagnóstico y tratamiento.

El folleto editado se puede leer y descargar en este enlace.