¡No nos queda nada para despedir 2016! Sólo unas horas…

Aunque para muchas personas se trata de una ocasión para echar la vista atrás y recordar otros momentos o hacer un balance de los años vividos, para otros, especialmente los más jóvenes, se trata de una noche para disfrutar.

El ambiente previo y posterior a las doce campanadas se vive en muchas calles y plazas con alegría. Algo que, en nuestro país, va parejo al incremento del estallido de petardos y cohetes. Aunque en los últimos años se ha regulado la venta de estos productos, todavía son muchos los lugares en los que se pueden adquirir.

A algunas personas les encanta el ruido que producen los petardos. Sin embargo, no son bien recibidos por todo el mundo.

Atención a los pequeños

Los niños son un colectivo especialmente sensible a las explosiones. Estos ruidos, llamados impulsivos, se caracterizan por ser potentes y muy cortos. La duración puede ser tan pequeña como una centésima de segundo.

Como explicábamos en otro de los artículos de nuestro blog de salud auditiva, el oído está provisto en forma natural de un mecanismo protector que reduce la transmisión de los sonidos más intensos hacia las delicadas células del oído interno. Sin embargo, este mecanismo actúa después de unas diez centésimas de segundo, por lo cual es ineficaz frente al ruido de los petardos.

Es decir, el sonido de la detonación, que puede alcanzar los 160 decibelios, puede llegar casi inalterado al oído interno, sacudiendo violentamente las delicadas células ciliadas (las responsables directas e insustituibles de la percepción del sonido).

El ruido que producen los petardos y cohetes puede afectar, de manera irreversible, el oído de niños y también de mayores.

Hiperacusia o dolor de oídos

Otro colectivo especialmente sensible al ruido es el de los hiperacúsicos.

La hiperacusia o algiacusia, es un síndrome que convierte los sonidos cotidianos del ambiente en algo doloroso para el individuo.

No sólo las explosiones de petardos y cohetes; los ruidos de pitos, matasuegras o trompetas también pueden causar dolor en los oídos a determinadas personas.

Por ello, desde Audiocentro hacemos una llamada a la prudencia para evitar dañar la salud auditiva, no sólo en Nochevieja, sino en cualquier día del año.

¡Cuidado con los ruidos fuertes y repentinos esta Nochevieja!

¡Atención a las uvas! y…

¡Feliz 2017!