La cortipatía degenerativa es una afección del órgano de Corti que provoca una pérdida progresiva de la audición.

El órgano de Corti se encuentra en el oído medio de los mamíferos y está compuesto por células sensoriales auditivas llamadas células ciliadas. Su cometido es transformar la energía mecánica de las ondas sonoras en energía nerviosa.

Las células del órgano de Corti no tienen capacidad regeneradora  por lo que, cuando se lesionan, se pierde audición de manera irreversible. Por otra parte, con la edad, desaparece la agudeza auditiva. Es lo que conocemos como presbiacusia.

En definitiva, la cortipatía degenerativa es el envejecimiento del oído interno y una de las principales causas es el paso del tiempo.

De hecho, cerca del 35% de las personas mayores de 65 años sufren una pérdida de audición. Un porcentaje que se sitúa casi al 50% entre los mayores de 75 años.  A pesar de que los expertos siguen investigando, a día de hoy, no hay un tratamiento que evite el envejecimiento, y por tanto, la presbiacusia.

La disminución de la capacidad auditiva también puede deberse a la exposición a ruidos elevados. Según la Organización Mundial de la Salud, una exposición de 85 decibelios (dB) durante 8 horas o 100 dB durante 15 minutos son más que suficientes para  que el órgano de Corti se vea afectado y se produzcan pérdidas de audición.

Pérdida gradual de audición

La presbiacusia se suele dar en ambos oídos, afectándolos por igual. El proceso de pérdida es gradual por lo que las personas no suelen darse cuenta de que está disminuyendo su nivel de audición.

Por regla general, las personas que pierden audición comienzan a captar los sonidos de manera menos nítida y a un volumen más bajo del habitual.  La comprensión del habla, especialmente en ciertos entornos en los que predomina el ruido de fondo, se vuelve complicada. Los sonidos s y ch se suelen perder.

En ocasiones la pérdida auditiva puede aparecer acompañada de zumbidos (acúfenos) en uno o ambos oídos, o de vértigos.

Detección de la pérdida auditiva

Detectar cuanto antes la pérdida de audición es fundamental para poder frenarla. Aunque la pérdida motivada por el paso del tiempo no se puede revertir, sí se puede frenar. Para ello es necesaria la adaptación de audífonos.

Las revisiones periódicas son importantes ya que, los profesionales pueden detectar la pérdida auditiva antes, incluso, de que nos demos cuenta. Entre las pruebas que se utilizan se encuentran la timpanometría y la audiometría.

Una timpanometría es una prueba que permite medir la movilidad de la membrana timpánica y evaluar el funcionamiento del oído medio. Por su parte, la audiometría mide los umbrales de audición, es decir, la cantidad mínima de energía sonora que es percibida por el sujeto.

En Audiocentro somos especialistas en audición y podemos, a través de pruebas sencillas, determinar su salud auditiva. No lo deje pasar más tiempo y pida cita en cualquiera de nuestros centros.