Tinnitus es el término médico para el hecho de «escuchar» ruidos en los oídos cuando no hay una fuente sonora externa.

Frecuentemente los tinnitus son llamados «zumbido en los oídos», pero también pueden sonar como como soplo, rugido, zumbido, sibilancia, murmullo, silbido o chirrido.

Casi todos, en alguna ocasión, hemos sufrido tinnitus. Pero se trata de una molestia que dura unos minutos y después desaparece. Pero ¿qué ocurre si los sonidos se vuelven permanentes?

Se trata de una situación muy estresante porque puede dificultar el hecho de concentrarse o dormir.

Enmascarar los sonidos

Una manera de enfrentarse al tinnitus consiste en enmascarar los sonidos. Esto se hace generando una fuente de sonido permanente que haga que el cerebro preste atención al otro sonido y lo integre dentro del zumbido permanente.

Hay personas que utilizan audífonos para amplificar el sonido que les rodea y así lograr difuminar el ruido producido por el tinnitus.

La hora de dormir puede ser especialmente difícil para las personas que sufren tinnitus. Por eso se ha creado un cojín o almohada que emite sonidos relajantes cerca del oído. Un aparato de radio con sintonías suaves (ruido de olas, cantos de pájaros) puede hacer el mismo efecto.

Antes de irse a la cama es recomendable estar relajado. Puede ser bueno leer o escuchar música. Por el contrario, ver la televisión o trabajar hasta el momento de meterse a la cama hace que la actividad cerebral esté aún activa y se sea más receptivo a los sonidos.

Conseguir al menos ocho horas de sueño reparador cada noche,  regular la dieta para incluir una variedad de alimentos nutritivos y hacer ejercicio al menos tres veces a la semana pueden ayudar a combatir este mal.

Aunque en ocasiones es difícil conseguirlo, es importante aprender a relajarse. El estrés sólo provoca una mayor percepción del sonido. Las técnicas de relajación se han demostrado eficaces para conseguir “calmar” o acostumbrarse a los ruidos.