El verano es la época por excelencia para disfrutar del aire libre y de las fiestas y festivales que se suceden a lo largo y ancho de nuestra geografía. No hay un municipio, por pequeño que sea, que no celebre sus fiestas patronales durante los meses de verano. Fiestas en las que, además de los actos y actividades culturales, no pueden faltar las atracciones para los pequeños ni las orquestas que ofrecen música y baile hasta altas horas de la madrugada.

Sin embargo, donde unos ven diversión, otros ven molestias e incluso dolor…

Aunque algunos pueblos disponen de zonas alejadas del centro urbano para que se instalen las atracciones para los niños y para que actúen los diferentes grupos musicales, todavía es habitual que la instalación se realice en las calles del pueblo. El escenario se sitúa en la plaza más céntrica, y a su alrededor se ubican los puestos de comida y bebida, los caballitos y todas las casetas que suelen acompañar la fiesta…

Todo ello, junto a las viviendas en las que residen cientos de vecinos.

Ruido y Vecinos

El sonido de la música, las bocinas de las atracciones, los megáfonos de los puestos reclamando la atención de las personas que pasean y, a su vez, hablan, gritan o cantan, forman una amalgama de sonidos que pugnan por sobresalir con respecto al resto. El resultado se llama ruido.

El ruido es una sensación auditiva desagradable y que afecta a la salud de las personas. El exceso de sonido que se produce en un lugar determinado y que altera las condiciones normales del ambiente genera contaminación acústica. La contaminación acústica afecta a la salud de nuestro organismo más de lo que podría parecer.

La exposición al ruido puede provocar problemas para conciliar el sueño, dolores de cabeza, problemas cardiovasculares e incluso episodios de tinnitus.

Los vecinos cuyas viviendas se encuentran cerca de las fiestas tienen que soportar el ruido hasta altas horas de la madrugada durante los días en los que se celebran las fiestas. El ruido afecta principalmente a los ancianos, los bebés, niños y a las personas que están enfermas o padecen trastornos de espectro autista. Las personas que trabajan y no duermen debido al ruido, están expuestos a sufrir accidentes debido a la falta de concentración que se deriva de la falta de descanso.

Ante este panorama, son muchos los vecinos que deciden pasar unos días fuera de su residencia habitual cuando llegan las fiestas. En ocasiones, una solución para los que tienen que permanecer en sus viviendas pasa por la utilización de tapones contra el ruido. Se pueden realizar tapones a medida de los conductos auditivos de cada persona por lo que resultan muy cómodos para poder ser utilizados durante horas sin que generen molestias.

Derecho al Descanso

La solución al ruido pasa por hacer cumplir, por parte de la administración responsable, la legislación sobre contaminación acústica durante la celebración de las fiestas patronales. Limitar el volumen de decibelios de los conciertos, cumplir los horarios y, especialmente, trasladar la celebración de las fiestas a lugares alejados de los núcleos de población.

El derecho a descansar de los ciudadanos debe primar por encima de otras consideraciones.

Fiestas sí, pero minimizando el ruido y las molestias que éste genera.