A unos días de que comience el invierno, bajan los termómetros y los casos de constipados, resfriados, faringitis y gripes se incrementan. Estas complicaciones de las vías respiratorias pueden terminar afectando a los oídos.

Debido a que la nariz y los oídos están conectados, a través de las Trompas de Eustaquio, cuando la primera se congestiona, los segundos pueden verse afectados. Aunque es más habitual que suceda en los niños (debido a que las trompas de Eustaquio son más pequeñas por lo que se pueden bloquear) el proceso inflamatorio también puede tener lugar en personas adultas.

En ocasiones, la infección de la garganta termina afectando al oído y provocando otitis. El picor, la inflamación o el dolor son algunos de los síntomas que anuncian que la infección está llegando al oído. Antes de que aumenten las complicaciones, es el momento de acudir al médico.

La otitis, además de causar dolor, puede provocar pérdida de audición. Los problemas para oír correctamente se deben a la inflamación del oído y suelen desaparecer cuando baja la inflamación. Para que esto suceda, hay que tratar el problema a la mayor brevedad y debe de ser el especialista el que decida las medidas a tomar.

Prevención Otitis

Prevenir la otitis es más fácil si evitamos la entrada de aire frío a nuestras vías respiratorias. Para ello es bueno utilizar una bufanda o pañuelo. Es la mejor manera de cubrir boca y nariz mientras se pasea por la calle. Así podemos levantar una protección frente al aire frío del exterior que es el que contribuye de manera decisiva a que el aparato respiratorio tenga menos defensas contra los patógenos intrusos. Determinadas investigaciones señalan que el frío hace que el virus de la gripe se vuelva más resistente

Además, es aconsejable evitar los cambios bruscos de temperatura. Conviene mantener, en casa o en el trabajo, temperaturas cálidas pero no extremas siendo lo recomendable temperaturas entre los 18 y los 21 grados. En algunas viviendas, en invierno hace más calor que en los meses de verano.

Otra medida que funciona muy bien es la higiene nasal. Los constipados hacen que se generen mocos y éstos pueden ser los causantes de la infección. Para mantener las vías nasales limpias es bueno realizarse lavados nasales periódicos. De esta manera se mantienen limpios los orificios nasales, se respira mejor y se evita que el moco pueda llegar al oído.

Utilizar gorros también es una buena opción para mantener los oídos calientes y evitar que el aire frío penetre al conducto auditivo.

Comer bien es imprescindible para que las defensas se mantengan fuertes y se eviten los constipados o que éstos sean demasiado  agresivos.

Las personas mayores, enfermos crónicos o con determinadas complicaciones, son colectivos de riesgo a los que se les anima a vacunarse, antes de que comience el invierno, contra la gripe. Es una manera de protegerse y evitar complicaciones.

Por último, debemos insistir en que las revisiones periódicas de los oídos son fundamentales para mantener la salud auditiva y detectar cualquier problema lo antes posible.