No entender bien una conversación o perderse determinadas palabras de la misma, dificultan la comprensión del mensaje. Algo que, sin duda, resulta frustrante tanto para la persona que trata de entender como para la que trata de hacerse entender.

Esta situación es un síntoma inconfundible de que existe un problema auditivo. Es el momento de que la persona que lo padece, se ponga en manos de un profesional para tratar de encontrar la mejor solución posible.

En ocasiones la pérdida auditiva no se puede solucionar. En otras, a pesar de que se evita que los problemas se agraven, gracias, por ejemplo al uso de audífonos, la audición puede presentar problemas en determinados momentos o situaciones.

En cualquier caso es importante extremar la atención cuando nos comunicamos con estas personas, tratando de facilitar lo que decimos y la manera en la que lo hacemos.

 

Hablar con una persona que lleva audífonos

Al dirigirnos a una persona que lleva audífonos, tenemos que tener en cuenta que no es necesario chillar. Debemos asegurarnos de que podemos hablar a un nivel de conversación normal. La mayoría de los audífonos están pensados para amplificar un nivel normal de habla por lo que, si gritamos, podemos resultar bruscos y hacer daño a la persona que escucha.

Es importante no hablar demasiado rápido. Estamos acostumbrados a hablar deprisa por lo que, lo normal es que no seamos conscientes de ello. Un truco para lograr hablar más despacio consiste en vocalizar todas las palabras de la forma más clara posible. Eso sí, procura no exagerar.

En ocasiones utilizamos palabras complicadas o que, por la articulación de sus sonidos, resultan complicadas de entender. Lo mejor, en estos casos, es cambiar la palabra o la estructura de la frase. Algunas palabras son más fáciles de oír y leer en los labios que otras.

Hablar y entender a la gente cuando estamos en grupo puede ser más complicado aún. Lo mejor en estos casos es hablar por turnos y no interrumpirse los unos a los otros. Si la conversación cambia de repente, o sucede algo al margen del grupo, lo más sencillo es indicárselo a la persona que tiene dificultad para facilitarle también la comprensión de lo que suceda después.

 

Acostumbrarse a utilizar un audífono lleva su tiempo ya que, entre otras cosas, el oído debe volver a captar los sonidos de su entorno que durante un tiempo no ha podido reconocer. No obstante, con un poco de paciencia y tras un tiempo de adaptación, la calidad de vida de los usuarios de audífonos mejora visiblemente.

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