La causa principal de pérdida de audición entre la población es la edad. Está comprobado que, a medida que cumplimos años, vamos perdiendo facultades en nuestros sentidos. La capacidad auditiva también se va reduciendo y vamos perdiendo agudeza auditiva.

La pérdida de audición afecta, de manera directa, a la relación con el entorno ya que la comunicación se vuelve difícil al perder el receptor el sonido de sílabas o palabras enteras.

Se acaba de hacer público un estudio británico que demuestra que existe una relación entre la pérdida de audición, la capacidad cognitiva y la demencia. En el estudio se ha puesto de manifiesto además que tratar la pérdida de audición con audífonos puede paliar el deterioro cognitivo.

 

Mejor capacidad cognitiva con audífonos

El estudio, realizado por Piers Dawes, publicado en PLOS One y del que se ha hecho eco hear-it.org,  indica que el uso de audífonos se asocia a una mejor capacidad cognitiva, independientemente del aislamiento social y la depresión. Los hallazgos sugieren que cualquier efecto positivo del uso de audífonos en la capacidad cognitiva puede ser consecuencia de la mejora de la capacidad auditiva, o puede estar relacionado con el aumento de la auto-suficiencia.

En consecuencia, los investigadores concluyen que la asociación positiva del uso de audífonos y la capacidad cognitiva podría favorecer que más personas busquen de forma consciente ayuda en el uso de audífonos.

No se trata del primer estudio que se lleva a cabo en este sentido. Según otro estudio realizado por el Hospital Johns Hopkins en Estados Unidos, las personas mayores con pérdida de audición sin tratar son más propensas a ser hospitalizadas y sufrir periodos de inactividad y depresión. En términos generales, el estudio descubrió una relación entre la pérdida de audición y el deterioro de la salud física y mental en personas mayores.

 

Aislamiento social

En el estudio, las personas con pérdida de audición sin tratar eran un 32% más propensas a ser hospitalizadas, y tenían un 36% más probabilidades de pasar periodos de enfermedad o lesión de más de 10 días de duración. Asimismo, eran un 57% más propensas a tener graves episodios de estrés, depresión o mal humor durante más de 10 días, en comparación con personas con audición normal de su misma edad.

Otro de los estudios de referencia sobre los efectos de la pérdida de audición se realizó entre 3.760 sujetos seleccionados al azar, de 65 años en adelante. El estudio comenzó en 1989-1990 y durante 25 años se evaluó de forma periódica a los participantes. La investigación fue dirigida por Hélène Amieva, catedrática de la Universidad de Victor Segalen Bordeaux 2, en Francia.

El estudio no demuestra que la pérdida de audición tenga un efecto directo sobre el declive cognitivo, pero sí indica que las consecuencias psicológicas y sociales de padecer una pérdida auditiva pueden mediar en esta relación. Por este motivo, mejorar la capacidad auditiva mediante el uso de audífonos o implantes cocleares reduce el impacto negativo a nivel mental de la pérdida de audición y facilita la participación en actividades que estimulan las habilidades cognitivas como las actividades sociales, lo que a su vez, ralentiza el deterioro cognitivo.

Según los investigadores “al restaurar la capacidad comunicativa al menos parcialmente, los audífonos ayudan a mejorar el estado de ánimo, aumentar las interacciones sociales y facilitar la participación en actividades que estimulan las habilidades cognitivas, y como resultado, su  uso puede ralentizar el declive cognitivo”.

El estudio concluía que “la pérdida de audición está asociada con la aceleración del declive cognitivo en personas mayores y el uso de audífonos atenúa este deterioro cognitivo”.