La pérdida auditiva puede deberse a múltiples causas que varían dependiendo de la etapa vital de las personas.

En los recién nacidos la pérdida de audición puede deberse a factores genéticos; los antecedentes familiares tienen un peso importante y pueden determinar que el bebé nazca con problemas de audición o pérdida auditiva. También puede ser consecuencia de una infección durante el embarazo, a la falta de oxígeno al nacer o a ictericia grave después del nacimiento. Los bebés prematuros pueden tener problemas auditivos.

En los niños, determinadas infecciones como la meningitis, el sarampión o la parotiditis pueden provocar problemas auditivos. El uso de determinados medicamentos también puede dar lugar a pérdida auditiva. En los últimos años, los problemas auditivos están aumentando como consecuencia de la exposición a volúmenes excesivos. En este sentido, cada vez más niños utilizan auriculares para escuchar vídeos o jugar en sus dispositivos móviles. Algo poco recomendable si no se tiene cuidado con el volumen.

En las personas adultas la pérdida auditiva es un proceso normal que se produce como consecuencia del envejecimiento. La exposición a ruidos intensos, el uso de determinados medicamentos (ototóxicos) o complicaciones debidas a la diabetes o la hipertensión, son las principales causas de la pérdida auditiva en adultos.

Evitar la Pérdida Auditiva

Algunas de las causas de la pérdida auditiva expuestas anteriormente no pueden remediarse. La predisposición genética o los traumatismos craneales u óticos son algunas de ellas. Sin embargo sí se pueden evitar los problemas auditivos derivados de algunas prácticas que llevamos a cabo de manera habitual.

En este sentido es importante:

  • Evitar introducir objetos dentro del canal auditivo. Ni siquiera para su limpieza. Los bastoncillos de algodón pueden ser causantes de infecciones y de daños importantes en el interior del oído.
  • Huir del ruido siempre que sea posible y proteger los oídos con tapones en el caso de tener que permanecer cerca de la fuente de sonido.
  • Controlar el volumen de los dispositivos digitales estableciendo un límite.
  • Revisar los oídos de manera periódica y especialmente si notamos cualquier anomalía en la audición.

Seguir estos consejos puede evitar la pérdida auditiva o disminuir sus complicaciones tal y como ha señalado la Organización Mundial de la Salud coincidiendo con el Día de la Audición celebrado el pasado domingo 3 de marzo.