En algunas ocasiones y debido a diferentes causas, los oídos se taponan. La sensación no es agradable ya que parece como si nuestros oídos se cerraran dando lugar a dificultades en la audición y, si el problema perdura, a dolor en los oídos.

Las causas más frecuentes son cambios bruscos en la presión atmosférica y los constipados.

Taponamiento por cambios en de presión

Cuando viajamos en avión o también cuando lo hacemos en coche, estamos expuestos a cambios de presión motivados por los ascensos y/o descensos rápidos de altura. En estos casos notamos cómo los oídos se taponan.

Lo normal es que, pasados unos minutos, ellos solos, igual que se taponan, vuelvan a la normalidad. Para ayudarles, es recomendable intentar expulsar el aire por los oídos desde la garganta. La maniobra es sencilla; se tapa la nariz y la boca y se intenta soplar. La acción de masticar, tragar e incluso bostezar pueden contribuir a que la presión del aire se iguale y se abra el “tapón”.

Aunque no suele ser lo habitual, si el taponamiento perdura, es aconsejable tomar un antiinflamatorio para calmar el dolor y evitar que la trompa de Eustaquio se inflame.

Para que no se produzca el taponamiento de oídos se recomienda masticar chicle mientras dura el viaje.

Taponamiento por resfriado

Cuando nos resfriamos, segregamos moco por la nariz. Debido a la conexión interna que existe entre la nariz y los oídos, en ocasiones el moco se deriva a estas cavidades. Esta puede ser la causa de que los oídos se taponen.

Para intentar destaponar los oídos, es bueno intentar la maniobra de la que hablamos en el apartado de cambios de presión. Tapar la nariz, cerrar la boca e intentar expulsar el aire por los oídos. Se debe hacer con una fuerza progresiva para evitar causar dolor en caso de que el oído se abra.

También es recomendable tomar una  ducha. El vapor puede ayudar a regular la presión en los senos nasales, y también puede ayudar a suavizar cualquier exceso de cera que se pueda haber acumulado en el transcurso del resfriado.

Lava los senos nasales puede ayudar con los mocos, evitando que se produzcan más y se deriven hacia los oídos.

Si la situación persiste y los oídos empiezan a doler, lo mejor es acudir al médico para evitar complicaciones.