Son muchas las causas por las que podemos perder la capacidad para oír. Factores genéticos, golpes traumáticos en la cabeza, exposición a un exceso de decibelios sin protección auditiva y, por supuesto, el inexorable paso del tiempo.

Los últimos estudios apuntan a otra circunstancia que contribuye a que el individuo desarrolle pérdida auditiva. Nos referimos a una deficiente alimentación.

Hace unos meses hacíamos referencia en este mismo blog a un estudio realizado en la Universidad de Nepal que concluía que una deficiente alimentación de la madre durante el embarazo y del niño en su primera infancia aumentaba las posibilidades de que éste desarrollara infecciones en el oído y, como consecuencia de las mismas, pudiera perder audición.

Falta de Nutrientes

Pues bien la revista Nutrients ha publicado una revisión científica realizada por investigadores de la Universidad San Pablo (CEU) de Madrid, en colaboración con el Centro de Investigaciones Biológicas.

La revisión destaca que tanto el inicio como el posterior desarrollo de algunas pérdidas auditivas están estrechamente relacionados con la falta de nutrientes en el organismo de la persona o con un incorrecto metabolismo de los mismos.

El metabolismo es el conjunto de reacciones químicas que efectúan las células de los seres vivos con el fin de sintetizar sustancias. Si estas reacciones no se realizan de la manera adecuada, los nutrientes no pueden pasar al organismo y se pierden.

En concreto, el estudio apunta al metabolismo de la homocisteína (un aminoácido) como algo clave que contribuye de manera decisiva al daño ótico.

Alimentos y Salud Auditiva

El mismo estudio se centra en las interacciones de ácido fólico y vitamina B-12 para prevenir la pérdida auditiva así como el papel preventivo de los ácidos grasos omega-3. Estos últimos fortalecen los vasos sanguíneos del cuerpo, también los que riegan el oído interno, favoreciendo la salud auditiva. Podemos encontrar ácidos grasos omega-3 en pescados como el salmón, el atún o las sardinas.

El ácido fólico, por su parte, ayuda al organismo a fabricar glóbulos rojos. Los cereales y las legumbres son fuente de ácido fólico.

La vitamina B-12 también contribuye a la fabricación de los glóbulos rojos y se puede obtener de la carne de res o de ave, de los mariscos, huevos, cereales y los productos lácteos.

Una correcta nutrición es fundamental para proteger el deterioro de las pérdidas auditivas.