Todos los años, el 3 de marzo se celebra el Día Internacional de la Audición. Se trata de una fecha en la que se pretende concienciar a la población acerca de la importancia de cuidar y proteger la salud auditiva. En muchos lugares se llevan a cabo jornadas de información y sensibilización y se realizan audiometrías para comprobar los niveles de audición de las personas interesadas.

La elección de la fecha del 3 de marzo se debe a la forma del número 3. El tres de marzo (3-3) simbólicamente representa las dos orejas.

La primera Conferencia Internacional sobre la Prevención y Rehabilitación de la Deficiencia Auditiva tuvo lugar en Beijing, China, en 2007. Un resultado clave de dicha conferencia fue la «Declaración de Beijing» la cual incluye como recomendación, establecer el “Día Internacional del Cuidado del Oído” para la promoción de las acciones globales en favor del cuidado del oído y la audición y la prevención de la pérdida auditiva. Este día ha sido observado y apoyado activamente por organizaciones afines en todo el mundo.

Desde el 2016, este día ha cambiado el nombre por el de “Día Mundial de la Audición”.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) más del 5% de la población mundial (360 millones de personas) padece pérdida de audición discapacitante (328 millones de adultos y 32 millones de niños). Por pérdida de audición discapacitante se entiende una pérdida de audición superior a 40dB en el oído con mejor audición en los adultos, y superior a 30dB en el oído con mejor audición en los niños. La mayoría de las personas con pérdida de audición discapacitante vive en países de ingresos bajos y medianos.

Causas de la pérdida de audición

Las causas de pérdida de audición y sordera se pueden dividir en congénitas y adquiridas.

Las causas congénitas pueden determinar la pérdida de audición en el momento del nacimiento o poco después. La pérdida de audición puede obedecer a factores hereditarios y no hereditarios, o a complicaciones durante el embarazo y el parto.

Por su parte, las causas adquiridas pueden provocar la pérdida de audición a cualquier edad. Algunas enfermedades, infecciones, el uso de determinados medicamentos o la exposición a ruidos muy elevados en el trabajo o en momentos de ocio, pueden ser algunos motivos de la pérdida de audición.

Una de las principales consecuencias de la pérdida de audición es la limitación de la capacidad de la persona para comunicarse con los demás. En los niños con pérdida de audición desatendida, el desarrollo del habla se suele retrasar.

Según la OMS, la mitad de los casos de pérdida de audición pueden prevenirse a través de medidas de salud pública. La detección e intervención tempranas son fundamentales para minimizar las consecuencias de la pérdida de audición, en el desarrollo y el rendimiento escolar del niño.

La situación de las personas que padecen pérdida de audición puede mejorar con la utilización audífonos, implantes cocleares y otros dispositivos de ayuda auditiva. La logoterapia, la reeducación auditiva y otros servicios conexos también pueden ser beneficiosos.