Salud auditiva La pérdida auditiva

Tipos de pérdida auditiva y sus causas

La pérdida auditiva es la reducción de nuestra capacidad de oír sonidos. Según la Organización Mundial de la Salud, más del 5% de la población mundial (360 millones de personas) padece una pérdida de audición superior a 40dB en el oído con mejor audición en los adultos, y superior a 30dB en el caso de los niños. Aproximadamente una tercera parte de las personas mayores de 65 años padece pérdida de audición en este grado.

La pérdida auditiva puede deberse a diferentes causas. Hay personas que nacen con pérdida auditiva y otras que la desarrollan a lo largo de la vida. En función de esto, las causas de la pérdida auditiva se dividen en congénitas y adquiridas.


Causas congénitas

Causas congénitas

Son las causas que pueden determinar la pérdida de audición en el momento del nacimiento o poco después. Esta pérdida

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Causas adquiridas

Causas adquiridas

Las causas adquiridas pueden provocar la pérdida de audición a cualquier edad. Algunas de ellas pueden ser:

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Por lo general existen cuatro categorías de pérdida de audición:

Pérdida auditiva neurosensorial

Es la más común en adultos. Entre sus causas se encuentran el envejecimiento, las enfermedades con fiebre alta, determinados medicamentos, la exposición al ruido y la herencia. La “sordera del nervio” es un término que se ha utilizado para referirse a la pérdida auditiva neurosensorial.

Pérdida auditiva conductiva

Se produce cuando el habla y otros sonidos no pueden pasar a través del oído externo y medio al nervio auditivo. Puede estar causada por infecciones del oído medio o el exceso de cera en los conductos auditivos. Las pérdidas auditivas conductivas se pueden corregir a menudo sin audífonos.

Pérdida auditiva mixta

Es la que se da en personas que padezcan de pérdida neurosensorial y conductiva a la vez.

Pérdida auditiva retrococlear

Aunque menos frecuente, está causada por la ausencia o el deterioro del nervio auditivo. Este tipo de pérdida auditiva suele ser profunda y permanente y los audífonos e implantes cocleares no son efectivos.

Primeras Señales de la Pérdida Auditiva

Cuando la pérdida auditiva se produce, de manera natural, como consecuencia del paso del tiempo, o debido a la exposición continua a un exceso de decibelios, la pérdida es gradual. No se produce de un día para otro. Es imprescindible reconocer las primeras señales para detectarla lo antes posible y poder frenarla a tiempo.

Uno de los primeros síntomas de la pérdida auditiva es la percepción amortiguada de los sonidos.

La pérdida de audición afecta a la capacidad de escuchar tonos de altas frecuencias por lo que resulta difícil identificar sonidos agudos (voces femeninas). Por otra parte, comienzan a dejar de oírse algunas consonantes como la s, t, k, p, b y la f. Esto complica la comprensión de muchas palabras y dificulta el seguimiento de una conversación. La dificultad es mayor en lugares en los que hay ruido de fondo.

Las personas que pierden audición suelen subir en exceso el volumen de la radio o la televisión. Otra señal que nos puede dar una pista de que hay un problema de audición es que la persona suele pedir que se le repita lo que se le ha dicho.

Consecuencias de la Pérdida Auditiva

En las personas mayores, los problemas de audición pueden tener efectos importantes en la vida cotidiana y generar sensación de soledad, aislamiento y frustración.

Hay personas que, ante la aparición de la pérdida auditiva, tienden a evitar el contacto con otras personas para no hacer evidente su discapacidad. El aislamiento, la frustración o la incomprensión son el caldo de cultivo ideal para que una persona pueda sufrir una depresión.
Para evitar llegar a esta situación, es fundamental controlar la pérdida de audición. Las revisiones auditivas son fundamentales para conocer el estado de la audición y detectar cualquier problema lo antes posible.

El uso de audífonos para frenar la pérdida auditiva y potenciar la audición del individuo, es fundamental. Así lo demuestran varios estudios realizados en los últimos años.

Cómo Mantener la Salud Auditiva

Para mantener durante más tiempo una buena salud auditiva, se deben proteger los oídos de las agresiones externas. Éstas proceden principalmente del ruido. Un exceso de decibelios afecta a las delicadas células ciliadas de la cóclea, las estresa y provoca su muerte. Cuando esto sucede, se pierde audición de manera definitiva ya que las células no se regeneran. El ruido impulsivo, procedente de petardos o armas de fuego, es especialmente peligroso.

Algunos consejos para proteger la salud de tus oídos son:

  • Huye de los lugares más ruidosos o bien permanece en ellos el menor tiempo posible.
  • Evita el uso de auriculares a volúmenes elevados y deja descansar tus oídos.
  • Usa protección auditiva para realizar actividades que provoquen mucho ruido, como algunas prácticas profesionales o deportivas.
  • Evita la introducción de objetos en los oídos. Aunque es común utilizar bastoncillos de limpieza, no es aconsejable puesto que puede provocar daños en el tímpano.

Asimismo, debes mantener los oídos libres de humedad puede evitar la infección que se produce después del baño en el mar y piscinas. El uso de tapones a medida para el baño evita el acceso de bacterias a los oídos y el desarrollo de otitis que, si es recurrente, puede afectar a la audición.

La hipertensión, la obesidad y la diabetes son otros factores de riesgo para desarrollar pérdida auditiva. Por eso, unos hábitos de vida saludable, la realización de actividad física y una alimentación equilibrada, contribuyen a mantener la salud auditiva.

Además de todo ello, realizar revisiones auditivas periódicas es muy importante para controlar el estado de tu audición.

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